Cómo usar las cáscaras de ajo y cebolla para mejorar tus recetas
Para estofados, caldos, infusiones y otras receteas más puedes dejar las cáscaras
Si pensabas que las cáscaras de ajo y cebolla son desechos, no es así, puedes sacarles provecho y darle mucho más sabor a tus recetas.
Estos dos aliáceos son recurridos en muchas de nuestras preparaciones, definitivamente potencian en sabor de nuestras salsas, sopas, caldos y guisos. Así que ahora te compartiremos algunos consejos de cómo usarlos aún con cáscara.
En estofado con carne puedes agregar la mitad de la cebolla o la mitad de una cabeza de ajo con todo y la cáscara. Una vez que la carne se ha cocinado retira tus bulbos.
Caldo sazonador. Guarda las pieles en una bolsa plástica y refrigera, cuando esté llena, cocina a fuego lento cubriendo con un poco de agua (dos dedos), añade granos de pimienta, laurel, orégano y otras hierbas de olor que te gusten. Cuela y congela el caldo en cubitos.
El ajo y su cáscara también son usados como remedio casero para aliviar el malestar estomacal.
A las macetas donde crecen tus hierbas de cocina también puedes colocar las cáscaras de ajo, ya que harán la función de fertilizante.
El ajo es fuente de minerales como el yodo, fósforo, potasio, también tiene proteínas, vitamina B6 y compuestos sulfurados. Es antioxidante y al igual que la cebolla tiene compuestos azufrados.
El ajo negro es usado como antioxidante, para reforzar el sistema inmunitario, antibiótico natural y para prevenir enfermedades cardiovasculares. Investigaciones científicas han comprobado sus propiedades benéficas para la salud.
La cebolla también tiene propiedades saludables. De acuerdo a la Federación Española de la Nutrición, la cebolla aporta potasio, vitamina C, flavonoides (antioxidantes con propiedades antiinflamatorias) y distintos compuestos azufrados.
Son los compuestos azufrados los que dan el característico aroma a los ajos y cebollas.