Estilistas en Los Ángeles se preparan para reapertura de salones bajo COVID-19

Trabajarán solo con citas, distancia social y mascarillas

Juan Carlos Barbosa comenzó a hacer arreglos para que su salón sea seguro.

Juan Carlos Barbosa comenzó a hacer arreglos para que su salón sea seguro. Crédito: Paulina Herrera | Cortesía

Aún cuando el condado de Los Ángeles no ha dado la orden para que las estéticas y salones de belleza reabran sus puertas, los estilistas ya se preparan para atender a sus clientes bajo las nuevas normas de prevención del coronavirus.

Las nuevas reglas sí nos van afectar nuestros ingresos, pero mi salud y la de mis clientas están primero”, dice Juan Carlos Barbosa, propietario del salón Beauty Emporium en la ciudad de Cudahy en el condado de Los Ángeles.

El estilista con más de 24 años de experiencia, comenta que ya comenzó a hacer los cambios en su salón para estar listo para la reapertura, una vez que el condado de Los Ángeles dé luz verde.

“Los protocolos van a ser diferentes. El salón, las estaciones de trabajo y las agarraderas de las puertas tienen que estar desinfectados con cloro u otros productos de limpieza”, precisa.

Además van a trabajar por medio de citas, y no van a aceptar clientes que se presenten de improviso.

Los estilistas tendrán que cambiar su manera de trabajar. /Foto: Aurelia Ventura

“Cuando el cliente llegue, deberá hablar por teléfono antes de entrar para asegurar que el anterior ya se haya ido, y la estación donde se le atenderá, esté limpia y desinfectada”, dice.

A la entrada, habrá una gel antibacterial para las manos, pero se les dará la opción de pasar a lavarse las manos.

A la hora de trabajar en el cliente, ya sea en un corte de pelo o tinte, nosotros le vamos a proveer mascarillas desechables”.

Los productos de belleza a la venta no podrán tocarlos ni habrá productos de prueba para evitar cualquier brote de contagio.

El plan es comenzar a trabajar al 25% de capacidad sin aglomeraciones. “Las estaciones de trabajo estarán ubicadas a seis pies de distancia. Como somos varios estilistas, tal vez tendremos que programarnos por día”.

También tendrán que lavarse las manos durante 20 segundos después de atender a cada cliente.

Juan Carlos quien lleva dos meses y medio con su salón cerrado, reconoce que ha sido una temporada muy difícil en términos económicos.  “Solicité el apoyo para los pequeños negocios hace dos meses. Hasta ahora no he tenido respuesta. He tenido que recurrir a mis ahorros para sobrevivir, pero ya estoy llegando a mi límite”, expone.

El 26 de mayo, el Departamento de Salud Pública de California anunció que los condados que hayan probado que cumplen con los criterios para acelerar la reapertura, pueden reabrir los salones de belleza y barberías con modificaciones tales como mascarillas tanto para el barbero, estilista y los clientes.

No se permitirán las afeitadas cuando reabran los salones /Foto: Aurelia Ventura

Las actividades permitidas incluyen cortes y tintes, alaciados, ondulados, extensiones, trenzas, tratamientos para el cabello, y mantenimiento de pelucas.

No se autorizó la apertura de salones para uñas ni ofrecer servicios que requieren tocar la cara del cliente como depilaciones con cera e hilos, afeitadas, tratamientos faciales y aplicación de pestañas.

“Juntos los californianos hemos limitado las infecciones en nuestro estado, y a causa de este trabajo, muchos condados han hecho la decisión de restablecer los servicios de cabello y barbería con modificaciones”, señala la doctora Sonia Angell, directora del Departamento de Salud Pública.

Sin embargo, dice que el COVID-19 todavía está presente en las comunidades y existe el riesgo. “Mientras nos aventuramos a salir de casa, es críticamente importante mantener la distancia física, usar mascarillas en público y lavarnos las manos frecuentemente para protegernos nosotros mismos y a quienes están alrededor”.

Otra de las medidas con las que los salones de belleza deberán cumplir serán: tomar la temperatura y preguntar por los síntomas del coronavirus a todos los clientes, trabajadores, contratistas y vendedores. 

No se permitirá ningún servicio que implique tocar la cara. /Foto: Shutterstock

María Teresa Villarreal, fundadora de la Asociación de Empleadores de Barbería y Cosmetología del Sur de California y propietaria de la escuela de belleza Cosmética en Downey, donde también los alumnos más aventajados ofrecen servicios de salón, dice que ella planea colocar una carpa afuera para tomar la temperatura y hacer que llenen un cuestionario sobre su salud.

“Vamos a tener que poner divisiones, y establecer un área para que el cliente pueda mantenerse alejado y en distancia social cuando está esperando con el tinte en el cabello”.

En realidad, afirma que no tienen idea cuántos salones van a abrir, una vez que el condado de Los Ángeles lo autorice, pero lo que sí sabe es ya se están preparando para cumplir con las reglas.

“Estamos buscando establecer una especie de perdón que nos exima de la responsabilidad en caso de que un cliente se contagie del virus. Tenemos que protegernos”, precisa.

Fue el 19 de marzo cuando el gobernador de California emitió una orden para que todos los californianos permanecieran en sus casas y prevenir el avance del coronavirus. El mandato incluyó el cierre de negocios considerados no esenciales como barberías y salones de bellezas y uñas.

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