Asistencia para inmigrantes los ayuda a sobrellevar crisis por coronavirus
Desde hace más de una semana, comenzaron a llegarles las tarjeta de débito; a algunos les sirve para pagar la renta
Apenas Pedro Rodríguez hizo efectiva la asistencia financiera que le dio el estado de California a través del programa de Ayuda para Inmigrantes por Alivio de Desastres (DRAI), pudo completar para pagar la renta de su vivienda del mes de mayo que no había podido cubrir por estar desempleado.
Él es un inmigrante de origen mexicano que figura entre los más de 20,000 que han sido aprobados para recibir la asistencia DRAI. La solicitó a través de la Coalición por los Derechos Humanos (CHIRLA), y esta semana recibió una tarjeta de débito con 500 dólares, más 2.50 dólares adicionales para compensar el cobro extra a la hora de hacer una transacción de compra o de canje del dinero.
El Departamento de Servicios Sociales de California (CDSS) reporta que han recibido 49,000 solicitudes, y 23,950 han sido aprobadas. CHIRLA ha procesado 9,542 solicitudes de ayuda para los condados de Los Ángeles y Orange.
El proceso de solicitudes se abrió el 18 de mayo; y tres días después, el 21 de mayo comenzaron a enviarse las primeras tarjetas aprobadas.
“Esperamos apoyar a 150,000 individuos a través de 75 millones de dólares. Adicionalmente mediante esfuerzos filantrópicos, planeamos recaudar 50 millones de dólares para apoyar a más inmigrantes”, dice Jason Montiel, vocero del CDSS.
Los problemas económicos de Pedro comenzaron en marzo cuando se declaró la emergencia por la pandemia. Su horario laboral fue recortado drásticamente de ocho horas diarias a cuando mucho doce horas por semana.
El 10 de abril perdió su empleo como freidor en un restaurante de la ciudad de Inglewood al suroeste del condado de Los Ángeles, y desde entonces no labora. Como consecuencia, no pudo pagar la renta de su vivienda de abril y mayo.
Sin embargo, a finales del mes pasado, gracias a una colecta de 290 dólares que le hicieron algunos de los miembros de la Federación Sonora U.S.A., y a la venta callejera de mascarillas consiguió completar el pago de la renta atrasada de abril.
Se sintió decepcionado cuando tuvo que dejar de vender mascarillas en la calle ante las insistentes amenazas de aplicarle fuertes multas por parte de los inspectores de Hawthorne, la ciudad donde vive al suroeste del condado de Los Ángeles.
A partir de que CHIRLA le avisó que su solicitud de ayuda estatal fue aprobada, se la pasó esperando ansioso, contando las horas para recibir la tarjeta con los 500 dólares.
Cuando al fin llegó, Pedro estalló en alegría. Por fin podría completar el faltante para la renta pendiente de mayo. “Se me complicó bastante poder activar la tarjeta de débito y crear un número clave para ingresar al cajero automático porque yo soy una persona mayor que no sé nada de tecnología. Como recomendación para el futuro, les diría que el proceso deberían hacerlo más sencillo”.
La mayor preocupación de Pedro desde que quedó desempleado ha sido pagar el alquiler de su vivienda para no terminar en la calle.
“Para mi es más importante calmar la ansiedad del dueño de la renta que calmar mi ansiedad por comer”, dice.
Agrega que afortunadamente hay muchos lugares donde regalan despensas, pero no así programas para asistirlos con el pago de la renta.
“Yo apliqué en el condado de Los Ángeles al número 211 de asistencia para el alquiler. Me emocioné mucho cuando la empleada que estaba tomando mis datos, me dijo que si me aprobaban, me darían una ayuda para pagar mi renta durante tres meses. El pago sería directamente al casero. Me puse muy feliz. Cuando de repente, me dice la empleada, no se ilusione, los beneficiados para esa ayuda van a salir en un sorteo”.
Pedro está enterado de que hay una moratoria para evitar desalojos, y que los renteros están obligados a esperarlos con el pago de la renta hasta por doce meses debido al coronavirus.
Sin embargo, comenta que debido a la falta de ingresos, se encuentra en un estado de vulnerabilidad que no tiene energías para pelear por sus derechos frente a un casero que está irritado por no recibir el pago del alquiler.
“Un día me llamó por teléfono muy molesto para reclamarme. Me dijo que no podía entender cómo no había ahorrado para una emergencia. A mi no me digas que estás esperando ayuda del gobierno y que por eso tienes detenida la renta. Estaba realmente enojado. Yo pude mantener la calma porque en ese momento me encontraba orando”.
Pedro explica que mucha gente no entiende que si los inmigrantes no tienen capacidad de ahorro es porque en los únicos lugares donde se les abren las puertas para trabajar, los sueldos son muy bajos.
“Yo pasé diez años trabajando en el Pollo Loco ganando el mínimo. Yo no miento, se los puedo demostrar”.
Pedro se siente muy decaído porque en el pasado, él era quien siempre organizaba colectas para apoyar a la gente en desgracia de Quetchehueca, su pueblo natal en Sonora, pero ser él quien ahora tiene que solicitar la ayuda, le ha costado mucho trabajo de aceptar.
“Yo lo que quiero es trabajar, no que me den nada gratis”, dice.
Tiene sus esperanzas cifradas en la reapertura del restaurante donde trabajó por tres años. “Ya hablé para decirles que estoy a sus órdenes”.
Hace casi 25 años que Pedro emigró a Estados Unidos, y desde entonces no ha habido un año que no pague impuestos con la ilusión de que eso le sirva para regularizar su estatus cuando venga una reforma migratoria.
En respuesta al brote del COVID-19, California creó el DRAI para proporcionar asistencia por única vez a los adultos indocumentados que no califican para el desempleo ni el cheque de estímulo federal debido a su estatus migratorio.
El estado está apoyando con 500 dólares a cada inmigrante, y 1,000 dólares por hogar.
El Departamento de Servicios Sociales de California seleccionó a doce organizaciones no lucrativas en el estado para que se encarguen de recibir, procesar y entregar las solicitudes.
Para el área de Los Ángeles, las organizaciones encargadas de repartir los fondos son Chirla, Carecen y la Asian American Advancing Justice. Juntas tienen como meta asistir a 55,000 inmigrantes hasta el 30 de junio.
Montiel revela que las organizaciones no lucrativas han ajustado y ampliado la capacidad de sus líneas telefónicas para facilitar el acceso a los solicitantes quienes todavía experimentan tiempos de espera debido al abrumador interés por el programa. “Continuaremos trabajando para mejorar la experiencia de los solicitantes”.
Para solicitar la ayuda del DRAI en Los Ángeles y Orange, llame a los teléfonos de CHIRLA: 213-201-8700 y 213-395-9547. También pueden llamar a CARECEN al teléfono 213-315-2659.