Alertan que anticuerpos contra coronavirus podrían desaparecer tras casos leves

Un estudio plantea que la inmunidad puede no ser duradera entre personas que no han sufrido los síntomas graves de COVID-19

La inmunidad humoral podría no ser duradera en muchos casos.

La inmunidad humoral podría no ser duradera en muchos casos. Crédito: FAROOQ KHAN | EFE

Los anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2 en personas con casos leves de COVID-19 disminuyen bruscamente durante los primeros tres meses después de la infección, disminuyendo aproximadamente a la mitad cada 36 días, advirtieron investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

El estudio alertó que si se mantiene a esa velocidad en reducción de los anticuerpos estos desaparecerían en aproximadamente un año.

La investigación publicada el martes en el New England Journal of Medicine evaluó a 20 mujeres y 14 hombres de entre 21 y 68 años que se recuperaron de casos leves de COVID-19. Cada participante fue evaluado de 36 y 82 días después de que inicialmente mostrara síntomas.

“Nuestros hallazgos plantean la preocupación de que la inmunidad humoral contra el SARS-CoV-2 puede no ser duradera en personas con enfermedades leves, que comprenden la mayoría de las personas con COVID-19″, escribieron los investigadores en el artículo científico.

El estudio de UCLA fue una mirada más detallada a informes anteriores que sugerían que los anticuerpos contra el nuevo coronavirus eran de corta duración, y el primero en estimar la velocidad a la que los anticuerpos desaparecen.

Los autores del estudio dijeron que se desconoce el papel de los anticuerpos contra el SARS-CoV-2, pero los hallazgos deberían generar cautela respecto a los “pasaportes de inmunidad” basados en anticuerpos para las personas que han tenido COVID-19 y que deben regresar al trabajo o viajar, junto con el potencial de “inmunidad colectiva” y posiblemente la durabilidad de la vacuna.

En esta nota

anticuerpos Ciencia Coronavirus Salud
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain