23% de los alumnos nunca se conectaron a las escuelas de verano online en Nueva York

Los estudiantes que ya estaban atrasados ​​se desvincularon aún más del resto de sus compañeros

Estudiantes de la Escuela Media 80 de El Bronx, con su principal Emmanuel Polanco, donde los alumnos tienen la capacidad de realizar sus tares en las computadoras y la posibilidad de llevar Ipads a sus casas.

Estudiantes de la Escuela Media 80 de El Bronx, con su principal Emmanuel Polanco, donde los alumnos tienen la capacidad de realizar sus tares en las computadoras y la posibilidad de llevar Ipads a sus casas. Crédito: Mariela Lombard | El Diario NY

Después de que el coronavirus sacara a más de un millón de niños de las aulas en NYC, el alcalde Bill de Blasio hizo una promesa audaz: un “aprendizaje sin precedentes” durante la escuela de verano para ayudar a los alumnos en dificultad a ponerse al día.

El Departamento de Educación (NYCDOE) se apresuró a ampliar una plataforma en línea centralizada llamada iLearn, que contenía lecciones digitales preparadas. Al mismo tiempo, comenzó a exigir que los educadores llevaran a cabo reuniones en vivo con los estudiantes.

Los funcionarios esperaban utilizar el verano como un campo de pruebas para iLearn, así como para sus requisitos de instrucción en vivo.

El programa fue anunciado en mayo para 177 mil alumnos. Pero la escuela de verano se vio obstaculizada desde el principio y nunca se recuperó, según entrevistas con más de una docena de estudiantes, maestros, administradores y expertos.

Para la última semana del programa, al menos 23% de los estudiantes de la escuela de verano a los que se les solicitó o recomendó asistir no se habían conectado ni una sóla vez, lo que representa casi 27 mil estudiantes, según datos internos obtenidos por Chalkbeat (esto no incluye a los alumnos con discapacidad que tienen derecho a asistir a la escuela virtual durante todo el año).

El balance plantea dudas sobre la capacidad de la ciudad para respaldar una experiencia de aprendizaje en línea de calidad mientras los funcionarios se preparan para otro año dominado por la instrucción remota. También puede proyectar una sombra sobre el otoño, ya que los estudiantes que ya estaban atrasados ​​se desvincularon aún más y pueden desconfiar aún más del aprendizaje en línea cuando regresen a la escuela.

“El temor es que no persistirán y simplemente decidirán que el aprendizaje en línea ha sido demasiado difícil”, dijo Rachel Forsyth, quien ayuda a supervisar los programas escolares de “Good Shepherd Services”, una organización sin fines de lucro que se asocia con docenas de escuelas de la ciudad.

Desde el momento en que se lanzó la escuela de verano en julio, iLearn no funcionó correctamente. Problemas técnicos generalizados impidieron que muchos estudiantes tuvieran acceso a sus clases o asignaciones, fallas que se extendieron durante varias semanas del programa de mes y medio de duración.

Muchos alumnos recibieron pocas instrucciones sobre cómo iniciar sesión con nombres de usuario y contraseñas recientemente exigidas por las oficinas centrales del NYCDOE.

“Fue un comienzo tan entrecortado, perdimos muchos niños”, resumió Stephen Lazar, profesor de estudios sociales en “Harvest Collegiate High School” de Manhattan, quien está enseñando en la escuela de verano. “Estábamos preparados para fallar”.

Al suspenderse las clases e iniciar la educación virtual a mediados de marzo, el Canciller Richard Carranza reconoció que alrededor de un tercio, equivalente a 300 mil estudiantes de la ciudad, quizá no tenían los dispositivos necesarios, como computadoras, tabletas o acceso a internet de alta velocidad, o ni siquiera un espacio donde conectarse, pues viven en refugios.

El año escolar 2019-20 terminó siendo sin duda el más accidentado de la historia. Pero el 2020-21 podría superarlo.

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