Trabajadores rurales de Illinois también sufren temor y teorías conspirativas sobre la vacuna covid-19
Personal de salud y organizadores comunitarios locales trabajan para acabar con las barreras y la desinformación para lograr que esa población se vacune
Una tarea titánica e intensa es la que viene realizando personal de la salud para despejar dudas y mitos que se difunden a través de las redes sociales y del boca a boca sobre los efectos de la vacuna contra el covid-19 en residentes de áreas urbanas y suburbanas de Chicago. El esfuerzo para educar sobre la vacuna es aún mayor cuando se trata de las zonas rurales de Illinois, que también han sufrido los impactos del covid-19 pero tienen recursos limitados.
Médicos se han dado a la tarea de educar a los habitantes de las zonas rurales de Illinois sobre la importancia de vacunarse y desbaratan ideas falsas que existen sobre la vacuna.
Si en las áreas urbanas, donde hay mayor acceso a recursos e información, existe temor, dudas y hay teorías conspirativas con respecto a la vacuna, en las áreas rurales de Illinois eso se da también de modo severo.
Una encuesta nacional de Kaiser Family Foundation sobre las actitudes hacia la vacuna contra el covid-19 mostró que la renuencia a la vacuna es más alta entre los republicanos con un 42%, personas de 30 a 49 años con un 36% y residentes rurales con un 35%.
Personal de la salud y organizadores comunitarios locales trabajan para acabar con las barreras del idioma, de la falta de acceso a la tecnología y con la falsa información que se difunde a fin de poder logra que la población rural se vacune.
Hacen clínicas móviles
Los trabajadores agrícolas migrantes con visado H-2A ya empiezan a llegar para trabajar en los campos de Illinois y como trabajadores esenciales califican para ser inmunizados. Varios ya comenzaron a ser vacunados y un grupo de ellos participó en la jornada de vacunación contra el coronavirus organizado por Illinois Migrant Council en Cobden, Illinois, pasado 27 de febrero. En ese lugar hay una gran concentración de trabajadores hispanos.
Ese día se administró la primera dosis de la vacuna Pfizer a personas elegibles de la Fase 1B, como son personas de la tercera edad, adultos con enfermedades preexistentes, trabajadores esenciales locales, trabajadores agrícolas del área y trabajadores agrícolas migrantes que vienen con visa y con contrato temporal para trabajar en los campos.
También se administraron vacunas en Cairo, Illinois, localidad en su mayoría afroamericana.
Al ver las dificultades con el acceso a las vacunas contracovid-19 fue que Maggie Rivera, directora ejecutiva del Illinois Migrant Council (IMC), decidió formar parte de un proyecto estatal cuya misión es ir a vacunar a las áreas de difícil acceso como son los campos.
El Departamento de Salud Pública de Illinois, el IMC y otras organizaciones de manera conjunta organizan clínicas móviles en las áreas donde están estos trabajadores. En cada jornada de vacunación han inmunizado a al menos unas 500 personas.
Rivera dijo que el IMC no ha recibido ningún tipo de ayuda del gobierno federal ni estatal para llegar a esta población y que el trabajo que hace su equipo es voluntario.
Miguel Sarmiento, director de Servicios de Educación para Migrantes de IMC, dijo que durante la pandemia del coronavirus han estado convenciendo a la gente, informándoles de los diferentes beneficios y de los pocos riesgos que hasta el momento ha demostrado tener la vacuna, pero que algunos todavía temen vacunarse. “Hay muchos miedo de parte de la población con el tema de colocarse la vacuna, todavía se sienten inseguros, les da miedo, han escuchado mucho de esas historias que hay por allí de que te puede dar algo más adelante…”.
Debido a la dificultad que hay para acceder a una cita en línea para quienes no tienen habilidades con la tecnología, en estas clínicas se asiste a las personas en el proceso de registro en línea para la vacuna. “De eso se trata nuestra labor, de ser ese puente de enlace para facilitarles el acceso a estas personas a esos servicios”, señaló Sarmiento.
Susana Das Neves, directora de Servicios de Educación para Migrantes de Illinois en la Northern Illinois University (NIU), trabaja con la comunidad de trabajadores migrantes agricultores temporales que llegan con visados H2A y H2B.
Dice que también hay trabajadores agricultores de Texas, Indiana y de otros estados que vienen a trabajar en los campos de Illinois y que luego migran a otros lugares, ellos también reciben asistencia.
El año pasado, en alianza con otras organizaciones, trabajaron brindando información sobre el covid-19, ofrecieron pruebas de detección del virus y proporcionaron a la población equipo de protección personal como mascarillas, líquido desinfectante y guantes.
Ahora Das Neves está planificando el material educativo que les ayudará a despejar dudas y miedos de los trabajadores y trabajará en ofrecerles acceso a la vacuna a través de las jornadas de vacunación que viene realizando IMC en las comunidades rurales.
“Estamos planeando dar información para eliminar los mitos que hay en cuanto a la vacuna, porque dicen que están experimentando con la gente trabajadora. Es lo que menciona la gente que no quiere ponerse la vacuna o está dudosa porque no tiene la información verídica que viene del Departamento de Salud Pública de Illinois”, dijo Das Neves a La Raza.
Algunas organizaciones no han recibido fondos para brindar ayuda con recursos y educación, y otras que sí los han obtenido dicen que no han sido suficientes y que no alcanzan a cubrir la necesidad de toda la comunidad de las áreas rurales de Illinois.
Tomó una pandemia para que la gente se diera cuenta
El Proyecto de Ayuda para Trabajadores del Campo y Jardineros (FLAP) se ha enfocado durante la pandemia en educar a la comunidad sobre cómo prevenir el contagio del coronavirus, la importancia de la vacunación y en brindar ayuda financiera a esta población a fin de ayudarles a cubrir gastos básicos como el pago de la renta, servicios públicos, préstamos bancarios e internet para los niños para que puedan realizar su aprendizaje remoto en las zonas rurales.
Alexandra Sossa, directora ejecutiva de FLAP,dijo que ha recibido un total de 88 subvenciones, en su mayoría proporcionadas por fundaciones privadas, reuniendo un total de $1.5 millones que se repartieron a 3,000 familias.
Estas ayudas fueron posibles gracias a esas subvenciones, enfatizó Sossa, quien también dijo que hay un problema en cuanto a la falta de fondos en las organizaciones para alcanzar a la comunidad en las áreas rurales.
“Los fondos que hay son para cubrir la ciudad de Chicago o nos dan dinero para áreas muy específicas”, dijo Sossa.
FLAP se enfoca en mejorar los derechos de los trabajadores del campo, de aquellos que laboran en restaurantes, viveros, invernaderos, procesadoras de comida, jardinería y removiendo nieve. La organización trabaja en todo el estado de Illinois.
“Nos estamos enfocando en brindar educación sobre la vacuna, les decimos que es muy importante que se vacunen, ya que fueron incluidos como trabajadores esenciales, pero hay mucha resistencia de parte de la comunidad por los efectos secundarios de la vacuna y por razones migratorias”, enfantizó Sossa a La Raza. “He trabajado mucho para destruirles esa teoría, pero ellos piensan que al vacunarse van a dar su información y el gobierno va tener acceso a ella y porque algunos son indocumentados piensan que van a terminar siendo deportados”.
El principal objetivo de FLAP es educar e impulsar vacunación contra el covid-19, dijo Sossa. “Trabajaremos para que la gente se haga el examen de detección del virus y se administre la vacuna”.
Para Sossa, los trabajadores del campo son en su mayoría una población invisible en cuanto a educación y recursos. “Porque estamos hablando de personas indocumentadas, aunque hay algunos migrantes que vienen con la visa H2A y H2B, la gran mayoría de la población a la que nosotros estamos ayudando son indocumentados”.
“Tomó una pandemia covid-19 para que la gente se diera cuenta de que hay un ser humano detrás de la comida que llega a nuestras mesas, tomó una pandemia para que la gente entendiera que tenemos trabajadores esenciales, tomó una pandemia para que la gente entendiera que los niños de los trabajadores migrantes no pueden hacer sus tareas porque no tienen una computadora para hacerla, no tienen internet, no tienen acceso a un celular”, puntualizó Sossa.
Destruyendo barreras
Melaney Arnold, portavoz del Departamento de Salud Pública de Illinois, dijo que el estado está trabajando con funcionarios de salud y otros proveedores en comunidades de difícil acceso y en desventaja socioeconómica con el propósito de que puedan recibir la vacuna contra el covid-19. “Se han desplegado equipos móviles y se han establecido ubicaciones en estas comunidades [rurales] y cuentan con el personal de nuestros soldados de la Guardia Nacional de Illinois capacitados médicamente. Los centros de salud calificados a nivel federal también están desempeñando un papel clave para ayudar a eliminar las disparidades y hacer que el acceso a la vacuna esté disponible de manera más equitativa”.
Arnold también dijo que están finalizando un acuerdo para una línea directa para ayudar a las personas que quizás no puedan hacer una cita en línea e incluirán ese servicio en español.
Todas las poblaciones de Illinois pueden recibir la vacuna independientemente de la cobertura de seguro médico o estatus migratorio, precisó Arnold. “Los proveedores no pueden pedirle a las personas que proporcionen documentación sobre su estado migratorio. Las personas indocumentadas no serán rechazadas [para recibir la vacuna]”.
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