Despiden a José Uribe, poeta y artista del barrio Pilsen

José Uribe falleció en Chicago a los 84 años el pasado 3 de noviembre

José Uribe (1940-2024), poeta y artista del barrio Pilsen. (Cortesía Familia Uribe)

José Uribe (1940-2024), poeta y artista del barrio Pilsen. (Cortesía Familia Uribe) Crédito: Cortesía

Familiares, artistas y danzantes rindieron tributo y despidieron, el pasado 10 de noviembre, a José Uribe, conocido personaje de Pilsen que falleció el 3 de noviembre de 2024 a causa de un paro respiratorio. Tenía 84 años.

Uribe, cuyo nombre de pila completo fue José Domingo Uribe Rivera, era un inmigrante mexicano nacido en San Juan del Río, estado de Querétaro, en México. Uribe vino a Estados Unidos cuando tenía 29 años en la década de 1970.

Por muchos años él vivió con su compañera, la maestra Marta Pedroza, hasta que ella falleció en los años previos a la pandemia.

María Elena Uribe, hermana de José Uribe, dijo a La Raza que al parecer José no tuvo familia. Después de que falleció su pareja Marta Pedroza, José se fue a vivir a la comunidad de Pilsen.

Su hermana dijo que José era el tercer hijo en una familia de 11 hermanos y hermanas. Sus padres fueron José Guadalupe Uribe y María Guadalupe Rivera.

María Elena describió a José, su hermano, como un luchador social que defendía a los pueblos originarios de este país y de México también.

Durante la época de los años setenta el artista muralista Aurelio Díaz, originario de Michoacán y residente en Pilsen, introdujo a Uribe a la tradición cultural de los pueblos originarios como es el ‘Sun Dance’ o danza del sol de los pueblos Lakota en este país.

María Elena dijo a La Raza que José ayudó mucho a la formación política y cultural de muchos jóvenes.

A José le gustaba leer poesía y cuentos y a veces intentaba también expresarse a través de esas dos formas de literatura.

Oscar Téllez, maestro de inglés y activista, mencionó a La Raza que Uribe participó con él y otros activistas en la década de 1980 en la creación de una revista literaria titulada ‘El Barzón’, de la cual pudieron sacar dos o tres números.

“Era un intento de crea literatura comunitaria y la revista la distribuimos en los supermercados”, dijo Téllez.

Tan conocido era Uribe que el autor y dramaturgo Raúl Dorantes, también originario del estado de Querétaro, puso la imagen de José Uribe, que la artista Alma Domínguez pintó, en la portada de su novela Zorros y Erizos.

Dorantes dijo a La Raza que su novela trata sobre un personaje llamado Xul que esta inspirado en José Uribe y otro artista. La novela se publicó en 2014, dijo Dorantes.

La portada de la novela ‘Zorros y Erizos’, de Raúl Dorantes, en donde aparece un retrato de José Uribe pintado por Alma Domínguez. La novela se publicó en 2014. (Cortesía Familia Uribe)
Crédito: Cortesía

Amigos y familiares de Uribe se congregaron en el Centro Cultural de APO, en 1438 W. 18th Street, el sábado noviembre 9 por la noche para celebrar la vida de su amigo y recaudar fondos para los servicios fúnebres.

La velación y visitación a Uribe fue en la Funeraria Martínez, del 2534 S. de la Calle Pulaski, en La Villita, el domingo 10 de noviembre de 2 pm a 6 pm.

Además de su hermana María Elena también acudieron amigos y conocidos de Uribe tales como Leo ‘Ocelotl’ Loeza, Roberto Ferreyra, Ambrosio Martínez, Susana Bañuelos, Susan Avitia, Alfredo López y Ángel Aguilar.

Aguilar dijo a La Raza que ya en los últimos meses él y otros “adoptaron” a Uribe, a quien también le conocían como ‘Tata’, ya que Uribe estaba en precaria salud y necesitaba ayuda.

Ferreyra, artista y danzante azteca, dijo a La Raza que conoció a Uribe por los últimos 30 años y lo describió como una persona de la comunidad que “no era ambicioso ni materialista.”

Ferreyra dijo que a Uribe no le interesaban demasiado las cosas materiales y más bien era “una persona muy amigable y natural.”

Al parecer, a Uribe también le gustaba la tradición de los temazcales, los baños antiguos de los pueblos originarios de México en donde el agua se calienta con piedras sobre el fuego que son sometidas a una tina o temazcal. El nombre náhuatl que adoptó este héroe de las calles, los cafés y la vida fue Nahui Tochtli, que significa “Cuatro Conejo”.

Al final de la visitación en la Funeraria Martínez sus amigos le cantaron alabanzas de los danzantes aztecas concheros.

Uno de los refranes con el que despidieron al Tata Cuatro Conejo dice así: “Solo dejaremos flores y cantos de esperanza y esperar a que amanezca para comenzar la danza”.

La cobertura editorial de La Raza es posible en parte gracias al apoyo del Chicago Community Trust y de la iniciativa Press Forward.

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