La imagen perdida tomada por la sonda Rosetta y recuperada un año después del fin de la misión
La exitosa misión que le permitió a la humanidad visitar a un cometa por primera vez sigue brindando sorpresas
Cerca de un año después de que se estrellara contra el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, la sonda de la Agencia Espacial Europea (ESA) Rosetta sorprendió a los científicos con una última imagen.
La imagen recuperada ahora y publicada recientemente por la ESA fue tomada a último momento antes de hacer contacto con el cometa y muestra su superficie desde unos 18 metros de altura.
La foto anterior y que había sido considerada previamente como la última capturó la superficie desde una distancia de aproximadamente 24 metros.
¿Por que aparece recién ahora?
Interrupción
Después de viajar más de 12 años por el espacio y perseguir por dos a 67P en su órbita alrededor del Sol, la misión concluyó el 30 de septiembre de 2016 con un descenso de la sonda sobre una región que contiene varias fosas antiguas.
Durante su aproximación, fue enviando numerosas imágenes así como otros datos científicos sobre la composición química de este cometa que por su forma fue comparado con un pato de goma.
La última imagen que logró capturar fue dividida por la sonda en seis paquetes (o unidades) de información antes de enviarla a la Tierra.
Pero como la transimisión se vio interrumpida durante el envío, sólo tres de esos paquetes llegaron al centro de control.
Y así fue que más tarde, al volver a analizar los datos de aquella transmisión final se toparon con la agradable sorpresa.
Reconstrucción
El software de procesamiento automático no reconoció los datos como imagen, señaló la ESA, pero los ingenieros de Gotinga consiguieron reconstruirla a partir de los fragmentos disponibles.
“La última imagen completa transmitida por Rosetta fue la que vimos llegar entera a la Tierra poco antes del impacto final en Sais”, explicó Holger Sierks, investigador principal de la cámara Osiris en el Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar en Gotinga, Alemania.
“Más tarde, descubrimos algunos paquetes de telemetría en nuestro servidor y, caramba, (pensamos que) podía tratarse de una nueva imagen“.
Si bien ya no se esperan nuevas sorpresas en cuanto imágenes, los investigadores han recopilado toneladas de material para estudiar cómo se formó el cometa.