‘Le debo a Santa María y todo el mundo’

La pobreza en Illinois aumentó un 16% desde antes de la recesión económica hasta el presente y las familias latinas de bajos ingresos aún son de las más golpeadas

En el apartamento de dos recámaras que renta Alfonso Pulido, en el barrio de Brighton Park, viven su esposa, su hija y sus cuatro nietos de 6, 5, 2 y un año.

Según contó el mexicano, hacen milagros para pagar la renta, viven de dos cheques de desempleo, más la tarjeta Link y en claro hacinamiento. Por ahora su hija y los cuatro menores duermen en una habitación, tres en el piso, y el más pequeño y su madre en la cama.

Su caso es un ejemplo de datos difundidos recientemente por un reporte que apunta que uno de cada tres residentes en Illinois son considerados pobres o de bajos ingresos.

Según el documento ‘2011 Report on Illinois Poverty’, realizado por el Social IMPACT Research Center, de la agencia Heartland Alliance, un total de 2,010,876 hispanos vivían en situación de pobreza en Illinois en 2010, sin incluir a los menores de 17 años, lo cual indica que las familias no han sentido alivio aun después de que ha pasado lo peor de la recesión.

Pulido, de 52 años, trabajó 13 años en una empresa ubicada en la 54 y la Western, donde operaba maquinaria que pintaba papel encerado para compañías de alimentos. En septiembre de 2011, perdió su empleo porque la compañía fue vendida a otro dueño y trasladada al estado de Georgia, contó Pulido a La Raza.

“No recibimos absolutamente nada de compensación, nos dieron unos bonos, pero una cosa mínima, y nos quedamos sin trabajo aproximadamente 70 personas. Mi esposa trabajaba en la misma empresa. Nos despidieron a todos”, afirmó.

Actualmente ambos viven de sus cheques de desempleo, que esperan cobrar durante un año.

“Yo, en 23 años que tengo aquí, nunca jamás en mi vida le he pedido al gobierno ni siquiera un ‘penny’ partido a la mitad y ahora que tengo la necesidad pues te dan una bagatela, una cosa que no es nada”, expresó.

Aún así, su historia es similar a la de muchos. Según el reporte, la tendencia del desempleo no es alentadora. El desempleo en Illinois aumentó un 82% durante la peor época de la crisis y desde entonces se ha mantenido estable en un 10%.

Antes, cuando Pulido y su esposa trabajaban, ingresaba a la casa un promedio de $3,500 mensuales, cifra que ha bajado a $1,500. De allí deben pagar $700 de renta y todo lo demás.

“Le debo a Santa María y todo el mundo”, dijo Pulido. “Le debo 100 a mi hermano, 200 a mi primo, 200 a mi vecino, a mi tía, para que cuando Dios quiera y pueda, ahora que lleguen los ‘taxes’ con eso pagarles lo del dinero que debo”, explicó.

En su caso la situación empeoró por la condición migratoria de su yerno. La hija de Pulido, quien es ciudadana, solicitó la residencia legal para su marido, quien es mexicano. Cuando fueron a la primera cita en el Consulado en Ciudad Juárez, México, a su yerno le prohibieron regresar a Estados Unidos mientras se tramita la residencia legal. El inmigrante se fue a Michoacán, por mientras, y su esposa y cuatro hijos permanecen en Chicago.

“Como ya no entraba dinero a la casa, mi hija dijo: ‘ya no puedo pagar la renta’ y le dije: ‘pues vente aquí”, narró Pulido.

Pero la hija también se encuentra desempleada y recibe ayuda pública con la tarjeta Link.

El reporte citado también informa que el número de casos en que dos o más familias viven en un mismo apartamento aumentó 15% entre 2008 y 2009 y actualmente unas 241,093 vivirían en esta situación en Illinois.

Asimismo, una de cuatro familias en el estado tiene dificultades para pagar la renta o la hipoteca, ya que gasta más de la mitad de sus ingresos en pagar la vivienda.

Además de lo anterior, la familia de Pulido vive en uno de los barrios de menos ingresos de la ciudad. De acuerdo con el reporte, Belmont Cragin encabeza la lista de barrios con más personas de bajos ingresos, con 24,461. Le siguen Humboldt Park, con 16,514; Gage Park, con 15,491; y Brighton Park, con 14,702.

Aún así, la familia no piensa regresar a México. “Eso sería lo último que haríamos”, dijo el inmigrante de Michoacán, estado mexicano al que Pulido describe como “muy peligroso, donde matan y no cobran”. Si bien allá está su yerno, su mamá, su hermana y muchísima más familia, Pulido afirma que con 23 años de radicar acá, “esa no sería una opción, la verdad no”.

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