Latinos transgénero en plan de resistencia

Sólo recientemente es que la comunidad transgénero latina de Chicago se empieza a sentir con poder para hablar en voz alta y demandar reconocimiento de sus derechos

Ivonne Canellada, Van Binfa y Zuri Rose, del colectivo Soy Quien Soy para la diversidad sexual en Chicago.

Ivonne Canellada, Van Binfa y Zuri Rose, del colectivo Soy Quien Soy para la diversidad sexual en Chicago. Crédito: Foto Fabiola Pomareda / La Raza

En un salón prestado y rompiendo esquemas, la transgénero mexicana Zuri Rose da clases de defensa personal a un pequeño grupo de personas de la comunidad LGBT de Chicago.

Aprender maniobras o tácticas para defenderse en caso de un posible acto de violencia es clave para los transgéneros, personas casi siempre incomprendidas y marginalizadas.

Durante el taller de defensa personal, por ejemplo, los asistentes aprendieron cómo cuidarse a sí mismos en cualquier tipo de situación, ya sea a nivel físico o emocional.

Ellos y ellas quienes no están conformes con el género con el cual nacieron y cuyas tendencias varían de los roles de género tradicionales, pertenecen a uno de los grupos que enfrenta mayor riesgo de discriminación, violencia y aislamiento (ver recuadro ‘Viviendo como ‘trans’ latino’).

En Chicago empieza a tomar fuerza el movimiento de los ‘trans’ latinos. Recientemente, un grupo de ellos organizó una vigilia en memoria de la activista LGBTQ Agnes Torres, que fue brutalmente asesinada a principios de marzo en Puebla, México.

El pasado 25 de marzo, en el tercer piso del Broadway Youth Center, se reunieron alrededor de unas veladoras de la Virgen de Guadalupe y con una música suave de fondo, recordaron a todos los miembros de la comunidad transgénero que pagan caro el hecho de querer vivir sus vidas plenamente.

Allí, Van Binfa, Rose e Ivonne Canellada dirigieron la vigilia, a la que asistieron varios miembros de la comunidad LGBT.

“Las mujeres transgénero de color a menudo son las más atacadas de todos los individuos, y necesitan medios donde puedan ser escuchadas”, dijo Binfa, quien agregó que “ha habido mucha violencia en nuestra comunidad en este último mes” (ver recuadro ‘Contra la diversidad sexual’).

“La fuerza está dentro de cada uno de nosotros y recuerden que pedir ayuda no es una debilidad, es una fortaleza”, expresó Binfa.

En la vigilia, Rose, quien conoció a Agnes Torres en Puebla, de donde es oriunda, comunicó: “hoy recordamos su esfuerzo por cambiar su entorno y el de nosotros, que sigue siendo cuesta arriba”.

Rose, quien es una mujer transgénero, emigró a Chicago hace ocho meses. Al consultarle si la violencia contra ellos en México es lo que la motivó a ella y a otros a inmigrar a Estados Unidos, respondió:

“Sí, ese es uno de los principales motivos, porque tú no sabes cuándo te va a tocar a ti. Empiezan con amenazas, como le pasó a Agnes [Torres], muchas veces la amenazaron y nunca lo tuvo en cuenta hasta que un día se lo cumplieron”.

Rose contó que antes de emigrar, junto con un amigo, que es un hombre transgénero, acababan de formar el Colectivo Transexual del Estado de Puebla, cuando empezaron a recibir amenazas.

“Cuando hacíamos bodas simbólicas, cuando hacíamos incidencia política, siempre había gente que se paraba frente a ti y te decía ‘¿por qué no se mueren? O ‘dejen de hacer estas porquerías'”, recordó.

Ya en Chicago, Rose conoció a Van Binfa, hombre transgénero y cofundador del colectivo ‘Soy Quien Soy, Trans Empowerment Collective’ (SQS). Así, ambos formaron este grupo para ‘trans’ latinos y bilingüe.

“Hay una gran comunidad LGBT en Boystown, en el norte; pero todo el punto de formar el colectivo y reunirnos en Pilsen es traer recursos a esta zona, porque no todos pueden ir al norte”, explicó Binfa.

“Estaba cansada de ir a organizaciones latinas o a organizaciones LGBT y no verme representada y estaba cansada de esperar que ellos hicieran algo, así que decidí crear mi propio grupo, lo cual no hubiera sido posible sin la ayuda de Ivonne y las demás”.

Básicamente, los integrantes del colectivo buscan información sobre recursos disponibles. En una reunión realizada en un café en Pilsen, a fines del año pasado, hablaban sobre las clases de defensa personal, dónde se ofrece tratamiento con hormonas, cómo aprender a modular la voz, y apoyo emocional.

Esa tarde asistieron alrededor de ocho hombres y mujeres transgénero, lesbianas y gente de la diversidad sexual en general, casi todos latinos. El colectivo se sigue reuniendo en Pilsen una vez al mes (ver el elemento ‘Más información’).

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