El arresto de Gordillo: Manotazo publicitario

El arresto de la ex líder sindical del magisterio, Elba Esther Gordillo, ha cautivado a los mexicanos tanto dentro como fuera del país.

Para algunos, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto dio un manotazo de autoridad al detener a una líder sindical corrupta que había sido intocable por décadas. Para el gobierno, fue un acto con apego a la ley. Sin embargo, dada la historia negra de la ex aliada de Peña Nieto, su detención obedece a un ajuste de cuentas como a la necesidad de apuntalar a la administración del mandatario priista al cumplir 100 días en el poder.

En las semanas previas al arresto de Gordillo, el gobierno de Peña Nieto había sufrido descalabros que llamaron la atención internacional. En primer lugar, la violencia relacionada con el narcotráfico no ha cedido. El número de asesinatos en los primeros dos meses del gobierno de Peña Nieto es similar al registrado en la administración del ex presidente Felipe Calderón. El bestial asesinato de 20 integrantes del grupo Kombo Kolombia dio la vuelta al mundo. Lo mismo la brutal violación de seis turistas españolas en el centro turístico de Acapulco.

Las críticas por la falta de una estrategia diferente a la de Calderón para combatir el narcotráfico empiezan a sumarse. Peña Nieto ha optado por ignorar la violencia como si dejando de hablar respecto los narcos y sus socios en diversos niveles del gobierno fueran a desaparecer.

En segundo lugar, la versión oficial sobre las causas de la explosión en la Torre de Pemex ha dejado un manto de duda. Aun si fue un accidente, el hecho atrajo el tipo de titulares a nivel internacional que menos quiere el gobierno de Peña Nieto. El mandatario mexicano necesitaba dar un golpe de buenas noticias.

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