Insisten en rescatar a la organización Casa Aztlán

Reina la incertidumbre por el destino de la organización comunitaria de Chicago Casa Aztlán. La próxima fecha de corte por embargo hipotecario es el 26 de agosto y Carlos Arango, director ejecutivo de la agencia, dice que aún hay oportunidad de rescatarla.

La propiedad se ubica en el 1831 S. Racine Ave., en Pilsen.

La propiedad se ubica en el 1831 S. Racine Ave., en Pilsen. Crédito: Fabiola Pomareda / La Raza

Chicago.- Continúa la confusión alrededor de la situación financiera de la organización comunitaria Caza Aztlán, que está bajo proceso de bancarrota, mientras el edificio que la alberga está en ejecución hipotecaria.

Miembros de la junta directiva de la agencia Casa Aztlán y Carlos Arango, su director ejecutivo, realizaron en días pasados una protesta a las afueras de una sucursal del MB Financial Bank, en Pilsen, alegando que el banco no les notificó que la propiedad iba a ser subastada y vendida.

Omar López, miembro de la junta directiva de la agencia comunitaria, contó a La Raza que entró al banco y dejó una nota para Renee Togher porque querían reunirse con ella.

“Togher es miembro de la junta directiva de dicho banco. Ella es de descendencia mexicana, muy activa con otras organizaciones en la comunidad. Pensamos que podía intervenir, ya que creemos que entiende lo que es la historia de Casa Aztlán; pero hasta el momento no hemos recibido contestación”, dijo López.

Arango, por su parte, dijo que el jueves pasado que se presentaron a corte, sometieron una moción alegando que MB Financial Bank nunca sirvió apropiadamente a su organización.

“Así que se fue frente al juez, quien dio la autorización de someter la moción y regresar a corte el 26 de agosto”, explicó Arango en entrevista con La Raza.

El edificio que alberga a la agencia está en ejecución hipotecaria desde el 2012, por una nota o adeudo de $117 mil con dicho banco.

Esta propiedad, que se ubica en el 1831 S. Racine Ave., fue vendida en una subasta judicial por $293,000 a Óscar Corona (Corona Investments) y según Arango, este inversionista pretende vender el edificio por una suma que oscilaría entre $500 mil y $700 mil.

Asimismo, en una entrevista pasada, Arango dijo que la corrección de las violaciones al código de edificios que tiene el inmueble significaría invertir alrededor de $250 mil.

Según el banco, el valor de la propiedad que alberga a Casa Aztlán es de $ 700 mil; pero Arango opinó que puede ser de $1 millón. “Eso depende porque hay mucha manipulación en el mercado”, dijo el activista.

La Raza contactó a MB Financial Bank para conocer su versión sobre el caso; pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

De igual forma, se contactó a Renee Togher, quien respondió que no conocía en detalle el tema, por lo que no iba a opinar al respecto.

Casa Aztlán tiene 41 años al servicio de la comunidad. Su junta directiva está integrada por Antonia Salinas, Mario Cortés, Omar López, Margarita Girón, Graciela Guel, Patricia Maciel y Luis Velasco.

“Caza Aztlán está bajo un proceso de bancarrota bajo el capítulo 11. Esto se supone que te protege, es como un alivio mientras te reorganizas”, destacó Arango.

Ante la pregunta de si se va cerrar Casa Aztlán o si se va a reinventar, Arango dijo que, así se gane o se pierda la batalla [legal], Casa Aztlán seguirá.

Al preguntarle si seguirá funcionando en otro lugar, respondió: “no lo sé, eso depende como salga todo el asunto”.

López agregó que en el plan del alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, está el convertir a Pilsen en lo que ellos llaman un barrio de ‘music venues’ (locales de música). “Entonces, este tipo de ataque de desplazar y desaparecer Casa Aztlán responde a este tipo de plan”, aseguró.

En la entrevista a López y a Arango se les preguntó por los estados financieros de la organización y su respuesta ante la crítica de que la situación en que se encuentra Casa Aztlán es por mala administración.

López dijo que Casa Aztlán es víctima de la economía, no solamente local, sino también nacional y hasta global.

“Estamos sufriendo esos estragos. Muchos quieren decir que hubo mal manejo de fondos; pero no había fondos para mal manejarlos. Históricamente esta agencia no ha sido una organización con grandes recursos; se formó con voluntarios”, explicó López.

“Casa Aztlán es la única agencia que no se ha vuelto corporativa, cualquier otra agencia en Pilsen, que están haciendo muy buen trabajo; pero se han convertido en agencias corporativas, ya que dependen de que les den dinero, tanto a nivel federal o estatal”, agregó López.

Arango, quien está a cargo de la agencia desde hace 19 años, recalcó que los reportes financieros van a salir a la luz.

“Aquí no hay gato encerrado. Se está trabajando en ellos [reportes]; además, es un requisito de la corte presentarlos para seguir el caso”, dijo.

Arango manifestó que van a seguir con la campaña “Todos somos Casa Aztlán”, presionando al banco y recaudando dinero porque “quieren buscar una salida”.

Uno de los voceros del despacho del concejal Danny Solís (D-25) hizo llegar una declaratoria a La Raza, en la que dice: “Casa Aztlán ha sido por muchos años una parte vital de la comunidad de Pilsen, ya que proporciona servicios muy necesarios a la comunidad”.

“El concejal Solís apoya a Casa Aztlán en sus esfuerzos por continuar con su valiosa labor, que de cualquier manera servirá mejor a la organización y a la comunidad”, se lee.

Según Raúl Raymundo, CEO de la organización comunitaria The Resurrection Project, hay una pequeña posibilidad de que este edificio [Casa Aztlán] se mantenga en manos comunitarias.

“Esto es, si hay organizaciones que se interesen en presentar un plan al banco que tiene la nota”, dijo Raymundo a La Raza en entrevista telefónica.

Raymundo opinó: “Casa Aztlán no está en ninguna posición de recaudar los fondos para pagar la nota y también las obligaciones y reparaciones de violaciones que le ha dado la ciudad al complejo”.

“A nosotros no nos gustaría que esto pase a manos particulares sino que se mantenga en la comunidad; pero la dificultad es que hay una posibilidad muy pequeña de hacer algo por el tiempo que falta y porque Casa Aztlán no tiene opciones”, agregó Raymundo.

En tanto, López enfatizó que se está luchando por mantener el edificio, que para los residentes de Pilsen es un ícono y santuario cultural de la comunidad mexicana.

Arango adelantó que se está cocinando un plan estratégico. “No lo podemos dar a conocer todavía porque no está confirmado; además estamos evaluando y viendo varios escenarios”, expresó.

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