Violencia sin sentido

Vecinos hispanos de Back of the Yards compartieron sus inquietudes con La Raza ante el más reciente incidente de violencia en ese barrio, donde se usó un fusil de asalto "de uso militar", y que dejó 13 heridos, entre ellos un niño de tres años

Varios vecinos hispanos de Back of the Yards dijeron sentirse impotentes ante el último acto de violencia pandilleril en su barrio y toman todas las precacuciones del caso para proteger a sus hijos y a sus familias.

La noche del 29 de septiembre, 13 personas resultaron heridas, incluyendo un niño de tres años, después de que se disparara una ráfaga de balas desde un auto en movimiento, en los alrededores del parque Cornell Square, cerca de las calles 51 y Ashland.

Los detectives de la policía están entrevistando testigos y creen que el tiroteo fue por luchas entre pandillas. Las autoridades están buscando a dos o tres sospechosos.

Encarnación Mora, quien vende raspados y elotes afuera del parque, dijo a La Raza: “Ellos [gangueros] nomás pasan y se van; pero ven a alguien que lo confunden y a lo mejor ni ganguero es y le disparan; eso sí lo he visto yo, pero no puedo hacer nada”.

Mora, quien se encontraba en su casa a pocas calles del parque cuando fue el tiroteo, asegura que se escuchó una ráfaga cuando dispararon. Agregó que durante el día hay familias y niños jugando en dicho lugar.

Al día siguiente del suceso era palpable la presencia policíaca. Más de cuatro patrullas de la policía recorrían los alrededores del sitio. Sin embargo, Mora afirmó que a veces pasan hasta dos días sin que vean un policía.

Miriam Sáenz ha vivido con sus hijos en este barrio por más de 12 años. Aunque no escuchó los tiros, sí oyó las ambulancias y las patrullas esa noche.

“Yo estaba viendo las noticias, después me fui a limpiar mi cuarto y mi nena se desesperó”, comentó Sáenz, puertorriqueña.

“Me dijo ‘mom, mom, asómate por la ventana'”, contó la mujer de 43 años. “Me dijo ‘llama a Elmo’, que es mi hijo Luis. Rápido lo llamamos, le dijimos ‘parece que algo malo pasó o mataron a alguien’, y entonces rápido el vino [a la casa]”.

Sáenz dijo que siempre está pendiente de dónde están su hija de 13 años y su hijo de 18 debido a la violencia en el vecindario y que prefiere tenerlos dentro de la casa.

Justamente ese día Sáenz estuvo con sus hijos en el parque Cornell Square hasta las 8pm. y para protegerlos les tiene dicho que a más tardar a las 10pm deben estar en la casa.

“Siempre damos vueltas y veníamos al ‘swimming pool’ [del parque] pero siempre están asaltando, siempre están brincando o están disparando, so yo me voy pal’ norte”, añadió, mientras vigilaba a los tres perritos que tenía con ella.

María Barrón, mexicana, quien estaba sentada en una banca del parque al día siguiente, opinó que “da pesar y da miedo”.

“Yo como quiera me vine a dar una vueltita a ver qué verdad, pero siempre con temorcillo de ver las cosas que pasan”, dijo Barrón, de 61 años.

Barrón afirmó que comparado con otros incidentes violentos que han sucedido en el barrio este verano “este es el más grande que ha habido”.

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