Organizan cumbre en Chicago para buscar una tregua entre pandillas

Hacen esfuerzos por frenar la violencia pandilleril y alcanzar la paz en barrios de Chicago

La Policía de Berwyn dijo que este incidente no parece ser aleatorio y que no hay más amenazas para la comunidad.

La Policía de Berwyn dijo que este incidente no parece ser aleatorio y que no hay más amenazas para la comunidad. Crédito: Carolina Cruz / La Raza

Chicago.- Con una vigilia y marcha por las víctimas de la violencia callejera comienza hoy en Chicago una cumbre de líderes pandilleros convocada por un reverendo que quiere involucrar a las principales bandas en sus esfuerzos de pacificación.

El pastor californiano Gregory Tatum confía en un “milagro” para conseguir una tregua entre pandillas que serían responsables de lo que calificó de “genocidio” entre los jóvenes negros.

“El problema puede ser erradicado con la intervención de las iglesias, porque tenemos una generación desconectada de lo que es valioso en la comunidad negra”, declaró a periodistas el pastor, también de raza negra.

El encuentro se celebrará mañana durante todo el día en la iglesia House of Hope (Casa de la Esperanza) de la calle 114, en una de las zonas del sur habitadas por afroamericanos más conflictivas de la ciudad.

Según Tatum, se aguarda la participación de decenas de pandilleros y de representantes de organizaciones comunitarias como CeaseFire, cuyo ex director ejecutivo Tío Hardiman invitó personalmente a varios líderes de los “Vice Lords”, “Black Disciples”, “Gangster Disciples”, “Black Souls”, “Cobras” y “Latin Kings”.

“No es posible reducir la violencia sin sentar en la misma mesa a los asesinos”, declaró Hardiman.

CeaseFire firmó un contrato con la Municipalidad el año pasado para desplegar sus “interruptores” en barrios conflictivos y trabajar en la prevención de los enfrentamientos entre pandillas que provocan decenas de muertos todos los años.

Estos mediadores son expandilleros contratados y el trabajo que realizan ha sido reconocido internacionalmente, en especial después de la difusión del documental “The Interrupters” (2011).

Una cumbre similar se realizó en Chicago en 1993, aunque se desconoce si tuvo algún impacto en los índices de criminalidad de la ciudad.

El reverendo Jesse Jackson, de la Coalición Rainbow-Push de Chicago, que habló en esa reunión, no aceptó la invitación para asistir a este nuevo encuentro. Tampoco lo hará otro de los líderes afroamericanos invitados, el reverendo Al Sharpton, quien, sin embargo, exhortó a “superar la desunión”.

Aparentemente existiría cierto recelo en la comunidad porque el organizador de la cumbre es un ministro de California, aunque Tatum creció en los años sesenta en el complejo de viviendas Cabrini-Green, del norte de Chicago, habitado exclusivamente por afroamericanos.

Según estadísticas de la época, en 1993 se registraron 931 homicidios en la ciudad, mientras que en 2010 hubo 506 muertes violentas y en lo que va de 2013 se contabilizan 300.

En 2010, el entonces superintendente de Policía, Jody Weis, convocó a una reunión secreta a los líderes del oeste de la ciudad y fue duramente criticado por supuestamente reconocer la jerarquía pandillera.

Tatum informó de que el Departamento de Policía de Chicago no participará oficialmente en esta cumbre, aunque se espera que algún supervisor policial pronuncie un mensaje positivo, al igual que líderes comunitarios y expandilleros.

El secretario de estado de Illinois, Jesse White, participará en un panel sobre la influencia en los jóvenes de la música y las redes sociales, mientras que representantes empresariales hablarán sobre trabajos y pasantías a los interesados en cambiar de vida.

La Policía de Chicago tiene registradas más de 600 pandillas a las que se atribuye el 85 por ciento de los homicidios en enfrentamientos por dominio territorial o balas perdidas.

El último tiroteo fue la semana pasada en el barrio Las Empacadoras, del sur de Chicago y de alta presencia hispana, cuando dos miembros de los Black P. Stones dispararon con un fusil de asalto y una pistola contra un grupo de personas que asistían a un juego de baloncesto en un parque, entre ellas varios Gangster Disciples.

Hubo 13 heridos, entre ellos un niño de 3 años que sobrevivió a un disparo que le atravesó las mejillas y debió ser sometido a una cirugía plástica.

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