Inmigrantes de Chicago intentan cruzar la frontera

En un intento por volver a casa y reunirse con sus familias, tratan de entrar al país desde México y piden una reforma migratoria integral

Dreamers, adultos, jóvenes y niños tienen como consigna ‘volver a casa’. Quieren reunirse con sus familias y vivir en la tierra donde crecieron y consideran su país. Pero por un aletargado y roto sistema de inmigración, como lo califican los defensores de los derechos de los inmigrantes, cada día más de 1,100 familias son separadas diariamente por la deportación.

Estos inmigrantes piden a gritos una respuesta a su pedido de reunificación familiar, un alto a las deportaciones y a la separación de familias y articulan sus esfuerzo de volver a casa mediante la campaña nacional ‘Bring Them Home’ impulsada por la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes (NIYA). Esta organización coordinó anteriormente a los grupos ‘Dream9 ‘ y ‘Dream 30’ y ahora a ‘Reforma 150’, un grupo que tiene como enfoque una reforma migratoria integral.

En un acto de desobediencia civil, el pasado lunes 10 de marzo organizadores de NIYA planearon que, desde México, todos los integrantes de ‘Reforma 150’, dreamers, adultos, jóvenes y niños, se entregarían en la garita de Otay, en la zona fronteriza entre las ciudades de San Diego (California) y Tijuana (México), a las autoridades de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). Al final se resolvió dividir a las 150 personas en dos grupos.

Así, al medio día del 10 de marzo cruzaron dicha frontera alrededor de 40 personas, según informó La Opinión, diario hermano de La Raza. Estas familias y dreamers tenían contemplado pedir se les concediera asilo y visa humanitaria.

Mientras tanto, ese mismo lunes, en la Casa Michoacán de Chicago una rueda de prensa fue convocada por las dreamers Lulú Martínez, quien formó parte del ‘Dream9’, y Marcela Espinoza, quien fue integrante del ‘Dream 30’. Ambas coordinan en Chicago la campaña ‘Bring Them Home’ de NIYA.

“Estas acciones están creando una conciencia, una reflexión crítica de lo que los políticos no han podido hacer o tomar en cuenta”, dijo Espinoza a La Raza.

Y para Martínez estas tres acciones, ‘Dream 9’, ‘Dream 30’ y ‘Reforma 150’, “son precisamente para demostrar la variedad de los grupos que existen, que están siendo afectados por estas leyes migratorias. Somos ‘dreamers’ la primera vez, la segunda vez somos ‘dreamers’ pero que tuvimos que salir y estuvimos tiempo allá [en sus países de origen] y también familias, y esta tercera vez ya somos familias completas y dreamers”.

Según, Espinoza entre las personas que integran ‘Reforma 150’ hay varias familias que son de Chicago y suburbios, entre ellas Cecilia García, Luis Chávez y Miguel Ángel Cedillo, por nombrar algunos.

El sábado 8 de marzo, bien temprano en la mañana, la californiana Andreina Cruz se aprestaba a tomar el avión junto a uno de sus dos hijos menores. Se iba rumbo a San Diego porque quería apoyar a su pareja indocumentada, Miguel Cedillo, de 26 años, quien se encontraba al otro lado de la frontera y que apoyado en la campaña ‘Bring Them Home’ aún abriga la esperanza de pronto volver a casa, en el suburbio de Rosemont.

Cuando Cedillo vivía en Rosemont tenía que trabajar en dos lugares para mantener a su familia, y para ir de un empleo a otro manejaba sin licencia de conducir. “En ese tiempo no habían las licencias para los indocumentados que hay ahora, siempre lo paraba la policía y era por infracciones de tráfico. La policía le decía que si no tenía licencia qué hacía aquí”, contó la mujer a La Raza.

Cruz dijo que por manejar sin licencia lo arrestaron varias veces y fue a corte y ante el temor por lo dicho por un juez y un abogado que podría ser conducido a prisión entre seis a ocho meses en la última corte es que la pareja de Cruz decidió regresar a México. Ella se fue con él junto a sus hijos en octubre de 2011.

Pero no fue por mucho tiempo. En julio de 2012 Cruz regresó a Estados Unidos junto a sus hijos por la violencia y las extorsiones que campean en México y que ella dijo experimentó, por lo que decidió volver a Rosemont con sus hijos, pero sin su pareja.

“Espero que mi pareja pueda regresar a casa para estar juntos a lado de mis hijos, que pueda ver un cambio en el sistema migratorio”, dijo Cruz.

Mientras esta mujer se encuentra en San Diego, su madre Elsa Moreno lucha para que la familia de su hija sea reunificada.

“Es una tristeza que nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros esposos sean separados de nosotros por las leyes de inmigración. Queremos que vuelvan con nosotros a casa”, dijo Moreno.

Luis Chávez, hijo de la zacatecana María Reveles, se encuentra al otro lado de la frontera luchando para ser admitido nuevamente en territorio estadounidense.

Chávez emigró de México a Estados Unidos poco antes de cumplir los 6 años y estudio su primaria y secundaria en Illinois.

Según su madre, él siempre ha querido ser médico, pero como era indocumentado no pudo estudiar esa carrera porque no tenía recursos para financiar sus estudios.

Este joven decidió regresar a México para tratar de estudiar esa carrera en la Universidad Nacional Autónoma de México, pero no lo logró y en vista de que no alcanzó su objetivo quiere volver a encontrarse con los suyos.

A Reveles le pesa que su hijo no pudo acogerse a la política de Acción diferida, como sí lo lograron sus hijas. Ella espera que este programa se extienda no sólo a los soñadores sino también a más familias.

“Los he sacado adelante a los tres, a su padre lo deportaron y pues yo me quedé sola con ellos. Hasta hace poco que me divorcié y rehíce mi vida, ya tengo otra pareja”, dijo la mujer, residente del suburbio de Bolingbrook.

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