“Yo voté por el Partido Demócrata desde México”
Teresa Reyna es una entre un millón de estadounidenses que viven en México
MÉXICO – Sentada frente al balcón del departamento que renta en la colonia Cuauhtémoc del centro de la capital mexicana, Teresa Reyna respiró tranquila mientras su novio viajaba hacia Estados Unidos, donde transcurren una de las elecciones más polémicas de la historia con el tema de México en el centro del huracán.
“Yo voté demócrata, por supuesto, mandé mi boleta desde el 20 de octubre- comentó en entrevista con este diario mientras tomaba un café”
Reyna es una entre un millón de estadounidenses que viven en este país, el mismo que el republicano Donald Trump tomó como plataforma política en contra de la inmigración indocumentada y los Tratados de Libre Comercio, el mismo que considera un enemigo al que hay que poner un muro en los más de 3,185 kilómetros de la frontera.
“Trump está regresando a a mi país ideas que tardaron años (quizás siglos) en erradicarse y eso no se puede pasar por alto”, dijo Reyna, profesora de inglés en la Ciudad de México a la que emigró hace dos años junto con su novio quien trabaja en un corporativo en la sección de ventas y donde por igual ha aprendido a ver lo bueno y lo malo de la cultura.
Cobertura especial de Elecciones 2016
Le gusta la cortesía, amabilidad y caballerosidad de la gente pero no le gusta el transporte público y la lucha por el espacio para movilizarse en la urbe. Por lo demás, está feliz: adoptó una perrita y se mantiene en comunicación con su familia y otros amigos en EEUU a través de las redes sociales.
En Facebook se dio cuenta de la “polarización social” que se ha generado en estas elecciones. Amigos peleando en las redes, ya golpeando verbalmente a la demócrata Hillary Clinton, ya dando duro al magnate.
“Me ha costado mucho entender por qué cierta gente simpatiza con Trump y por eso me puse a investigar y poco a poco he entendido qué pasa, al menos en la ciudad de donde yo crecí”, detalló sobre el entorno de Flint, Michigan, justamente donde cerró una de las fábricas de Ford para emigrar sus plantas a México para bajar los costos. “Es gente de clase media que ganaba 30 dólares la hora y de pronto se quedó sin nada, entonces, ellos están pensando más en sus problemas económicos que en un racismo”.
El lado que le ha costado entender, en cambio, es el familiar, ¿por qué tres primos –y hay sospechas que una hermana- son republicanos?
“Es algo muy extraño: nosotros siempre hemos sido demócrata, trabajamos duro, pagamos impuestos y somos buenos americanos que esperamos que, si en algún momento nos quedamos sin trabajo o cualquier otro problema, el gobierno puede apoyarnos: ese es el Partido Demócrata más allá de Clinton: un sistema”.
Por otro lado hay un peso de sangre: aunque es texana de segunda generación, una parte de su familia tiene raíces mexicanas igual que su novio con quien tiene esa afinidad aunque él no está tan politizado. “El votó ahora por primera vez en unas elecciones y ¿sabes por quién? También azul”.