Los hippies idealistas que crearon un imperio vegano multimillonario

En 1970, Bob Goldberg era un joven idealista, cofundador y promotor de una empresa de alimentos veganos en EE.UU. llamada "Sigue tu corazón". Contra todos los pronósticos, la firma se convirtió en un conglomerado multimillonario.

Sigue tu corazón. Es un lema fácil de repetir, pero más difícil de poner en práctica cuando se trata de negocios.

Sin embargo, para el empresario Bob Goldberg -cuya firma de alimentos veganos se llama precisamente así: Follow Your Heart (“Sigue tu corazón”)- es un constante recuerdo quees posible tener un negocio rentable y ser fiel a los principios idealistas originales de la compañía.

Es un idealismo que ha sido rentable. Goldberg tenía 25 años, cuando él y tres amigos empezaron a vender comida vegetariana en su café en Los Ángeles, California, en 1970. La clientela era exclusivamente hippie, la comunidad de la contracultura.

Hoy en día, la compañía produce y distribuye millones de frascos de “veganesa”, una mayonesa sin huevos, además de una variedad de quesos veganos y otros productos afines y sin gluten.

Con entre $40 y $50 millones en ventas proyectadas para este año fiscal, los alimentos veganos y de productos con alternativas a la carne y los lácteos, ya no son considerados como parte de la contracultura.

En su momento, el café de Goldberg y sus amigos se encontraba en la parte trasera de un supermercado en el suburbio de Canoga Park, en Los Ángeles, y servía a un público ávido de comer sándwiches de aguacate y germen de soya entre sonido de campanillas y el olor a incienso.

Bob Goldberg
Bob Goldberg está maravillado de que los alimentos veganos se hayan convertido en productos de consumo diario entre la sociedad en general.

Poco después, los cuatro socios se tomaron todo el supermercado y siguieron sus corazones al retirar todos los productos con carne. La gente les dijo que estaban locos y que el negocio nunca prosperaría.

“En lugar de caer y desaparecer completamente, la tienda empezó a tener mucho éxito”, comenta Bob Goldberg, que ahora tiene 71 años. “Creo que la gente no se había dado cuenta de lo cómodo que resulta para alguien que no quiere estar rodeado de esos productos (de carne) ir a una tienda donde pueden comer cualquier cosa“.

Terremoto y traspiés

Desde un principio, la misión corporativa de Goldberg fue ser consciente del medio ambiente, compasivo, vegetariano… y rentable.

Su fundamentos idealistas también incluían “no pasarme la mitad de mi vida en una avión”, así que el abrir otros locales no iba a ser lo principal en la agenda.

Una cliente en la tienda Sigue tu corazón
La empresa vende principalmente al por mayor pero todavía conserva un supermercado.

Así que, mientras el café y el supermercado original todavía prosperan en Canoga Park, después de 46 años, el negocio principal de Follow Your Heart es la venta al por mayor y está localizado en un centro de producción a unos kilómetros de distancia.

Allí se confeccionan los productos y se distribuyen a minoristas en Estados Unidos y el resto del mundo.

No obstante, las cosas no siempre marcharon sobre ruedas en el negocio.

Un intento de abrir un segundo café con una tienda en Santa Bárbara, unos 160 km al norte de Los Ángeles, fracasó y dos de los cofundadores se retiraron del negocio a mediados de los 80, porque su deseo de lanzar una cadena de almacenes no tuvo apoyo.

Los
La empresa vende “huevos veganos” un producto que sustituye los huevos.

Al final, los dos vendieron sus intereses a Goldberg y al último de los cofundadores, Paul Lewin, quienes administran la empresa entre ambos.

La compañía también tuvo que lidiar con el fuerte terremoto que afectó a Los Ángeles, en 1994, que causó graves daños al café.

Durante una breve gira por la creciente fábrica, Goldberg señala las claraboyas y el sistema de energía solar y conversa sobre estrategias para manejar la huella global de carbono de la firma.

Empleados en batas blancas, con el pelo recogido en redecillas, revuelven amplios lotes de “veganesa” y queso vegano. En un muelle de carga, un camión cisterna vierte 10,000 galones de aceite de semilla de uva en un tanque.

“Podemos procesar uno de estos tanques en un turno”, explica Goldberg, que ahora emplea unas 225 personas y vende sus productos en 17 países por fuera de EEUU, incluyendo Reino Unido, Israel y México. Las exportaciones equivalen a más de 10% de las ventas totales.

Lento crecimiento

Cuando Follow Your Heart empezó, la palabra “vegano” no era muy conocida y poco se usaba. Ahora, la compañía comercia muchos de sus productos bajo el rótulo “a base de plantas” a un creciente número de consumidores conscientes de la salud.

En su cargo de gerente ejecutivo, Goldberg optó por mantener la empresa independiente, esquivando las frecuentes ofertas de inversionistas de riesgo interesados en el mercado de moda vegano.

La tienda y café Sigue tu corazón, en Los Ángeles
La tienda y el café sigue boyante 46 años después.

“Ha habido mucho interés de parte de inversionistas”, dijo, añadiendo que nunca ha estado tentado a aceptar dinero externo para crecer más rápido.

“Es muy difícil para una empresa expandirse y mantener sus valores. Es algo en lo que me concentro mucho”, comentó, explicando que nunca quiere colocar los intereses de los accionistas por encima de lo que es correcto para sus clientes, empleados y productos.

Brien Todd, director ejecutivo del servicio de información de la industria alimenticia de EEUU The Food Institute, explicó que Follow Your Heart se encontraba singularmente adelantada de las demás en cuanto a la creciente demanda de productos veganos y vegetarianos.

Bob Goldberg
Goldberg no está interesado en ampliar su oferta para ganar más.

“Empezaron lentamente y construyeron un muy buen negocio”, comenta Todd. Esa práctica contrasta con la presión que reciben muchas nuevas empresas para crecer lo más rápido posible, lo que puede ser muy desestabilizador, dice Todd.

De vuelta en Follow Your Heart, Goldberg asegura que con el ahora común y corriente interés en los productos veganos su sueño se ha vuelto realidad.

Añade, sin embargo, que lo mejor de la revolución en productos alternativos para vegetarianos y veganos es el gran aumento de variedad.

El ser vegetariano es una opción ética para él, aunque recuerda con afecto el sabor de las salchichas y las cazuelas de carne asada de su infancia en Chicago. Y ya está hastiado de los repollitos de Bruselas.

“No los volveré a comer”, afirma. “Comí suficiente de ellos en los 70 para toda una vida”.

– Regan Morris

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