Franceses desafían al terrorismo y salen a votar por nuevo presidente

Son los primeros comicios que se celebran bajo el estado de emergencia y han tenido gran afluencia de votantes

París – La amenaza terrorista no ha disuadido a los franceses de ir a votar en las primera vuelta de las presidenciales, marcadas por las extraordinarias medidas de seguridad pero también por el interés que ha despertado en los ciudadanos, que consideran los comicios “cruciales”.
Francia ha desplegado un dispositivo excepcional para las elecciones, las primeras de su historia que se celebran bajo el estado de emergencia, decretado tras los atentados del 13 de noviembre de 2015.

La amenaza yihadista que pesa contra el país ha llevado al Gobierno a movilizar 50,000 agentes y 7,000 soldados para ocuparse de la seguridad.

El dispositivo desplegado para la jornada electoral es insuficiente para situar una patrulla en cada uno de los casi 67,000 colegios en los que están llamados a votar casi 47 millones de franceses.

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Muchas alcaldías han contratado servicios privados de seguridad y las patrullas policiales efectúan rondas por los diferentes colegios electorales.

“No tengo miedo, hay más muertos en la carretera que por el terrorismo”, asegura a Efe Aurelien Veill, que ha acudido a votar junto a su hijo y a su esposa Isabelle.
Gran afluencia de votantes

La participación del 28.54 % hasta el mediodía, algo superior a la de 2012, desafía por ahora los pronósticos que apuntaban a una alta abstención en las elecciones presidenciales de Francia, en un día primaveral que invita a los franceses a acudir a los colegios electorales.

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En una jornada sin incidencias reseñables hasta primera hora de la tarde, los cuatro grandes favoritos según las encuestas -el socioliberal Emmanuel Macron, la ultraderechista Marine Le Pen, el conservador François Fillon y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon– ya han ejercido su derecho entre fuertes medidas de seguridad.

Si la tasa de participación se mantiene constante, podría acabar por encima del 80%, muy por encima de lo que los institutos demoscópicos habían previsto en los últimos días.

El atentado del pasado jueves en los Campos Elíseos en París, en el que murió un policía a manos de un asaltante que fue abatido, se cita como uno de los argumentos para explicar este repunte momentáneo de la participación.

La cifra es muy similar a la registrada en 2012 en la primera vuelta en las cuatro primeras horas de votación, que fue del 28.29 %, aunque no llega al índice histórico de 2007, cuando alcanzó un récord del 3.,21 %.

En aquella cita electoral, en la que venció finalmente Nicolas Sarkozy, fueron casi el 84 % de los franceses con derecho a sufragio quienes finalmente votaron.

La tasa de hoy se sitúa muy por encima de la de hace quince años, que permitió el acceso a la segunda vuelta del ultraderechista Jean-Marie Le Pen, cuando un 21,40 % de los franceses había acudido a las urnas hasta las 12.00 horas .

Candidatos votan

Los principales aspirantes han llamado a la participación tras depositar sus papeletas.

El más madrugador fue Macron, quien votó poco después de las 10.30 horas en la localidad costera de Le Touquet, donde tiene una casa de vacaciones.

A sus 39 años, quien aspira a convertirse en el presidente más joven de la historia de Francia dijo a la prensa tras depositar su voto que “es esencial ir a votar por los tiempos en que vivimos”.

Vestido con traje y corbata, con el semblante distendido, el candidato se vio obligado a esperar varios minutos en la cola ante la fuerte afluencia de público.

Minutos después, Le Pen votó en su feudo electoral de Hénin-Beaumont, en el norte del país, donde también tiene previsto seguir toda la jornada.

Acompañada del alcalde de la ciudad, Steeve Briois, también del Frente Nacional (FN), Le Pen, vestida con traje oscuro, emitió el voto en medio de una gran expectación mediática.

La Policía detuvo a una docena de militantes de la organización feminista Femen que intentaron boicotear su voto.

A las 11.45 horas, Fillon depositó su papeleta en una mesa del Ayuntamiento del distrito VII, en el centro de París, entre fuertes medidas de seguridad por la amenaza de un atentado terrorista.

Según reveló él mismo, Fillon era uno de los objetivos de los dos supuestos yihadistas que fueron detenidos en Marsella esta semana con planes para ejecutar un atentado “inminente”.

Un Fillon serio votó sin su esposa Penelope -protagonista del escándalo de corrupción por el que el conservador ha sido imputado al haberle atribuido un supuesto empleo ficticio-, que había hecho lo mismo a primera hora en su localidad de Sablé-sur-Sarthe.

El último de los favoritos en votar fue el izquierdista Mélenchon, que lo hizo en el Ayuntamiento del distrito X de París rodeado por sus principales colaboradores en la campaña.

Con una amplia sonrisa, Mélenchon, en apariencia muy relajado, depositó su papeleta en las instalaciones municipales tras haberse convertido en la gran sorpresa con una campaña rompedora que le ha llevado a rozar el 20 % en la intención de voto en los sondeos.

El presidente saliente, François Hollande, cuya renuncia a presentarse a su reelección ha marcado los comicios, votó en su feudo electoral de Tulle (centro del país), del que fue alcalde de 2001 a 2008.

Muy sonriente y efusivamente saludado por sus vecinos, Hollande apeló a todos los franceses a “mostrar que la democracia es más fuerte que todo” y recordó las extraordinarias medidas de seguridad adoptadas por su Ejecutivo para que el día transcurra sin la sombra de la amenaza terrorista.

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