El buen clima y el verdor de la vegetación completamente renovada y florecida en todo su esplendor, motivan a las familias a darle un nuevo aire al interior de la casa, algo que —como dice Sonia Velásquez, consejera de diseño de interiores— tan solo requiere el cambiar del color de la pintura de todas o algunas paredes.

“En este punto las familias latinas tienen una gran ventaja, ya que, como lo señalan los resultados de un reciente estudio [realizado por  Sherwin-Williams, como parte de la Semana Nacional de la Pintura que se celebra del 19 al 29 de mayo], a ellas les encanta planificar sus proyectos y realizarlos ellas mismas, en lugar de contratar a otras personas”, asegura Velásquez.

Y para el cambio de la tonalidad de las paredes, especialmente del baño, entrada de la casa, corredores, cocina y otras aéreas de mayor tráfico, que requieren un mantenimiento periódico, la experta DIY y ex-conductora del programa “Extreme Makeover” (Home Edition-Latin America) asegura que no hay que sentirse abrumado(a) al momento de seleccionar la pintura.

“En realidad, en la elección solo basta seguir los resultados obtenidos en la reciente encuesta sobre la psicología del color, que señalan que los latinos perciben que el incorporar colores más vibrantes en toda la casa, como el rojo, azul y verde, en lugar de los opacos tradicionales, puede tener efectos psicológicos positivos”, subraya la experta.

Efectos de la pintura vibrante

De acuerdo con la psicología del color, el rojo está asociado con la alegría, astucia y viveza; el verde con la energía, la naturaleza, la frescura y todo lo orgánico y el azul con la inmensidad de las posibilidades.

“En la encuesta que se realizó para ver cómo los latinos perciben los colores y cuáles son sus  preferidos, el azul fue el campeón… Y es que es un color muy sereno, que da mucha calma, tranquilidad y paz espiritual. Por eso, no es coincidencia de ser usado en los hospitales”, denota Velásquez.

Cómo usar el color rojo

El rojo vibrante es un tono de movimiento, acción y juventud que, de acuerdo con Velásquez, queda muy bien en las salas, comedores y habitaciones de las personas mayores en una pared de acento y en las habitaciones de los niños y adolescentes en todas ellas.

“No recomiendo el rojo para pasillos ni espacios pequeños porque éste tiende, por efecto visual, a achicar los espacios”, concluye Velásquez.

El lila y el amarillo

El morado y el amarillo también resultaron entre los colores favoritos para los hispanos al momento de pintar.

“El color morado se relaciona con la madurez, la transformación y la espiritualidad. Su tonalidad clara, como el lila, es ideal para usarla en un espacio dedicado a la meditación y el yoga y en su tonos más oscuros para resaltar las paredes de acento del hogar”, explica Velásquez.

El amarillo es un color vibrante que, además de levantar el ánimo y transmitir alegría, provee una sensación de calidez. En sus tonos vibrantes es muy usado en la cocina y en sus más claros en todas las paredes del hogar.

A tener en cuenta

Sonia Velásquez ofrece las siguientes recomendaciones para la aplicación de las pinturas en los tonos verde, azul y roja al momento de renovar los espacios del hogar:

• La iluminación del entorno puede crear efectos diferentes en las paredes pintadas de verde, según la intensidad del color. Por ejemplo, un verde brillante crea una atmósfera refrescante mientras que un verde suave es más natural y crea un efecto de calma y tranquilidad.
• Si se desea darle a los espacios un carácter pop, se recomienda utilizar el color rojo mezclado con otros colores como el amarillo, verde y azul. “Se puede utilizar la combinación de colores en las puertas, marcos de ventana o en los muebles”, dice Velásquez.
• Para renovar la pintura de un baño, cocina o área de la lavadora automática de ropa se debe escoger una tipo Paint Shield, la primera pintura aprobada por EPA que elimina el 99.9% de las bacterias después de dos horas de pintada la superficie. “Esta pintura puede eliminar bacterias como estafilococo aureus, estafilococo aureus resistente a la meticilina (MRSA), E. coli (Escherichia coli), VRE (Enterococo Faecalis resistente a la vancomicina) y enterobacterias aerogenes”, informa Velásquez.