Sean Spicer renuncia como portavoz de la Casa Blanca

La renuncia de Spicer se produce en unos momentos de fuertes divisiones entre el personal de la Casa Blanca

WASHINGTON.- Tras seis meses de controversias y mala prensa, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, presentó abruptamente este viernes su renuncia,  luego de objetar que el presidente Donald Trump contratara como nuevo director de comunicaciones al financiero Anthony Scaramucci.

La inesperada renuncia, reportada primero por el diario “The New York Times”, ha venido a sacudir al equipo de comunicaciones de la Casa Blanca, que lleva meses haciendo frente al goteo de filtraciones sobre controversias y pugnas internas, investigaciones sobre los vínculos de la campaña de Trump con Rusia para influir en las elecciones de 2016,  y volátiles mensajes en Twitter del mandatario.

Spicer indicó a varios medios que aunque Trump le pidió permanecer en  el cargo, él prefirió que el nuevo equipo de comunicaciones arranque con una “pizarra en blanco”.

Contrariando el consejo de Spicer, Trump ofreció el puesto de director de comunicaciones a Anthony Scaramucci, un inversionista de Wall Street sin experiencia en la arena política, quien horas más tarde en  una rueda de prensa anunció que Spicer será reemplazado por Sarah Huckabee Sanders.

Scaramucci trató de minimizar informes sobre las fricciones que ha mantenido en el pasado con Spicer y con su mentor, el jefe del Gabinete, Reince Priebus -quien presuntamente lo había bloqueado de otros puestos en la Casa Blanca-, e insistió en que su misión será mejorar la imagen y el mensaje de Trump y su estancada agenda política.

En ese sentido, Scaramucci expresó confianza en que Trump se apuntará victorias políticas con la eventual anulación de “Obamacare” y la puesta en marcha de una reforma tributaria, entre otras prioridades legislativas.

Sanders, por su parte,  leyó una declaración escrita de Trump en la que el mandatario agradeció la labor de Sean y le desea “continuo éxito en su búsqueda de nuevas oportunidades -solo miren sus grandes índices de audiencia televisiva”.

Sarah Huckabee Sanders reemplaza a Sean Spicer como portavoz de la Casa Blanca. Foto: María Peña/Impremedia

La asignación de Scaramucci también afrontó la oposición del principal estratega político de Trump, Steve Bannon, y otros en el estrecho círculo de asesores de Trump, quien aparentemente tenía planes desde hace tiempo de contratar al fundador de SkyBridge Capital en algún puesto en el Ala Oeste de la Casa Blanca, según fuentes conocedoras de la espinosa situación.

Pero Scaramucci contó con el apoyo de la hija de Trump, Ivanka, y el yerno y asesor de éste, Jared Kushner.

Más adelante, en un aparente esfuerzo por no “quemar puentes”, el propio Spicer dijo en su cuenta en Twitter que “ha sido un honor y privilegio” prestar servicio al presidente Trump y al país, y que permanecerá en el cargo hasta agosto próximo.

Spicer, un allegado de Priebus, deja el cargo tras seis meses en los que tuvo que salir al frente de múltiples controversias desde el inicio de la presidencia de Trump, cuando siguió el guión de criticar a la prensa por su cobertura de la Administración.

En su primerísima rueda de prensa, por ejemplo, Spicer insistió en propagar números falsos sobre la cantidad de personas que asistieron al evento en el “Mall” de Washington. Eventualmente enfrentó el desdén de Trump, sobre todo cuando fue objeto de sátiras de la comediante Melissa McCarthy en el popular programa televisivo “Saturday Night Live”.

Las tensas relaciones entre Spicer y la prensa que cubre la Casa Blanca se habían vuelto prácticamente un espectáculo, y la última vez que hubo una rueda de prensa en cámara fue el pasado 29 de junio.

El puesto de director de comunicaciones quedó vacante desde finales de mayo, cuando renunció el estratega republicano, Mike Dubke, quien sostuvo el cargo apenas tres meses.

Spicer había asumido las tareas de Dubke más las suyas como portavoz, y hubo rumores de que éste dejaría el cargo de portavoz para dedicarse de lleno a las tareas de la oficina de comunicaciones.

En declaraciones a este diario, Erick Langer, profesor de Historia de la Universidad de Georgetown, señaló que Trump ha vivido en su propia “burbuja”, rodeado de asesores dispuestos “a hacer lo que él dice, aún cuando los contradice”.

“Hay dos tipos de personas: el tipo que tiene ambiciones y no les importa, y quieren seguir en esa posición y tener poder,  y otros que son verdaderos creyentes, que creen que Trump es útil para su agenda… Sean Spicer estaba en la primera categoría, como lo está Huckabee Sanders”, dijo Langer.

Pero, Larry Sábato, director del Centro para Política de la Universidad de Virginia, sostuvo una extensa discusión en Twitter sobre si a la opinión pública verdaderamente le importa los vaivenes del personal de la Casa Blanca porque, a fin de cuentas, Trump es “su propio portavoz”.

A su juicio, lo que importa son las políticas que implementa el presidente.

Un exsecretario de prensa de la Casa Blanca, Ari Fleischer, coincidió con Sabato en que los votantes a quien juzgan es al presidente.

Scaramucci fue co-presidente de finanzas de la campaña presidencial del republicano Mitt Romney en 2012, y también realizó labores de recaudación de fondos para el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, y el exgobernador de Florida, Jeb Bush, durante las primarias de 2016.

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