“Veneno del diablo”, el combustible de los misiles de Corea del Norte que genera daños a la salud

Se trata de un potente combustible utilizado en cohetes espaciales que hace unas décadas causó una catástrofe en Rusia

Como todos sabemos, Corea del Norte ha realizado una serie de pruebas con misiles de largo alcance que han encendido las alarmas a nivel mundial, especialmente en Estados Unidos. Pero lo más preocupante es el combustible que se utiliza para el funcionamiento de dichos misiles.

Su nombre es Dimetil hidrazina asimétrica, aunque se le conoce como UDMH por sus siglas en inglés. Es tan potente y peligroso que en Rusia lo denominaron “el veneno del diablo”, al ser causante de la mayor tragedia en la historia de la carrera espacial soviética.

Ocurrió en 1960, cuando al menos 74 personas fallecieron en la explosión del prototipo de un misil balístico intercontinental, que se hallaba aún en la plataforma de lanzamiento. Este hecho fue conocido como la catástrofe de Nedelin.

Países como Estados Unidos, Rusia y China, emplearon este combustible para el lanzamiento de cohetes espaciales. Es por eso que en un principio se creía que el UDMH provenía de China y Rusia, sin embargo también hay teorías en relación a que Corea ya estaría produciendo el combustible.

Timothy Barrett, portavoz de la Dirección de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, reveló hace unos días al The New York Times que, “basado en las capacidades científicas y tecnológicas demostradas por Corea del Norte, probablemente sea capaz de producir UDMH a nivel nacional”.

Por su parte David Wright, miembro del programa de Seguridad Global de la Unión de Científicos Preocupados, señaló a BBC que este tipo de combustible es muy conveniente para los misiles de largo alcance como los que intenta desarrollar Corea del Norte, por lo que detener de forma efectiva este flujo puede retrasar el programa de Kim Jong-un.

“Si Corea del Norte dependiera de importar UDMH y su flujo fuera cortado, creo que su respuesta sería producirlo internamente. Eso sería más fácil y tomaría menos tiempo que desarrollar misiles de combustible sólido. La diferencia puede ser entre tardar un par de años a una década”, indicó.

Cabe señalar que los riesgos del UDMH van mucho más allá de su potencial explosivo.

De acuerdo con el Centro Nacional de Información sobre Biotecnología de Estados Unidos, la simple inhalación por breve tiempo puede generar en los humanos irritación en la garganta, la nariz, los ojos, náuseas y vómitos.

Según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, el UDMH afecta el sistema nervioso central, el hígado, el tracto gastrointestinal, la sangre, el sistema respiratorio, los ojos y la piel.

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