“No me importa el precio”: Dianne Modestini, la mujer que restauró el “Salvator Mundi”, la pintura más cara jamás vendida

La obra de Leonardo da Vinci fue subastada por por US$450 millones de dólares

La pieza tiene 500 años de antigüedad y fue comprada por un millonario ruso

La pieza tiene 500 años de antigüedad y fue comprada por un millonario ruso Crédito: TOLGA AKMEN/ | Getty Images

A Dianne Modestini le llevó años restaurar la obra de arte “Salvator Mundi”, atribuida a Leonardo da Vinci y que esta semana se subastó en apenas 19 minutos por US$450.3 millones, un récord mundial para una pintura.

“Siempre voy a extrañarla”, dice Modestini sobre esa obra de 500 años de antigüedad, que muestra a Cristo con una mano en señal de bendición y otra sosteniendo una esfera de cristal.

Su vínculo con el cuadro comenzó casi por azar, a través de un marchante amigo que lo compró en 2005 por menos de US$10,000 sin saber quién era su autor.

La obra estaba dañada y arrastraba una larga historia de traspasos de mano en mano, que continúa: hasta el miércoles pertenecía a la familia de un multimillonario coleccionista ruso y la identidad de su nuevo propietario se desconoce por ahora.

Algunos expresan dudas de que se trate de una pintura del genio del Renacimiento, aunque diferentes estudiosos señalan su autenticidad y Modestini se muestra segura al respecto.

La restauradora admite que la última venta fue una operación de marketing de la casa de subastas Christie’s, aunque ella personalmente le quita importancia al precio.

Modestini, quien es profesora del Centro de Conservación de la Universidad de Nueva York y trabaja con antiguas obras maestras y pinturas del siglo XIX, conversó con BBC Mundo.

¿Qué siente ser la mujer que restauró la pintura más cara que jamás se haya vendido?

No me importa tanto el precio. Siento solo que el precio validó el hecho de que es una gran pintura de Leonardo. Estoy muy contenta y orgullosa de que mi restauración no hizo nada que le quitara valor a la grandeza de la pintura, ahora aceptada por todo el mundo.

¿Recuerda cómo fue su primer contacto con Salvator Mundi?

Lo recuerdo muy bien. Estaba en casa un día y recibí una llamada de Robert Simon, que es un viejo amigo mío: lo conozco de los años 70, cuando estábamos juntos en el Met (Museo Metropolitano de Arte en Nueva York).

Nos preguntó a mí y a mi esposo, que aun estaba vivo en ese entonces, si podía venir y mostrarnos una pintura que acababa de comprar. Esa fue la primera vez que la vi.

¿Qué pensó en ese momento?

No pensé en Leonardo. Mi esposo sí pensó que de algún modo estaba conectada con Leonardo. Estaba pintada de una forma extraordinariamente bella, sobre todo la mano que bendice, perfectamente preservada.

La limpié, aunque no fue una limpieza: removí algunos barnices recientes y retoques muy recientes, con Robert mirando. Luego se la llevó. Y recién más tarde Robert me explicó que era una versión de una de las copias de una pintura de Leonardo, que se presumía perdida.

¿Y después se dio cuenta que era un Da Vinci auténtico?

No mucho después de eso supe que había una posibilidad de que fuera la pintura perdida.

¿Es cierto que su estado de conservación era bastante malo?

No está en perfectas condiciones. Pero muchas viejas obras maestras no están en perfectas condiciones. Y tenía suficiente de lo original como para no afectar el significado de la pintura. No es un fantasma, no está completamente desgastada como para que tengas que imaginar cómo luce. Buena parte está muy bien preservada.

Algunos daños son pérdidas reales, pero no afectan todas las capas de moldeado.

Está ciertamente dañada y nadie nunca trató de fingir que no lo estaba. Pero es de Leonardo; hay menos de 20. Y queda bastante (del original) para transmitir el significado que él pretendía.

¿Y qué hizo usted para recuperarla?

Primero alguien hizo el trabajo en la tabla. Buena parte del daño estaba asociado a una grieta curva que se extiende verticalmente al lado de la cabeza de Cristo.

En algún momento se buscó hacer una superficie plana y muchos de los daños habían sido causados por eso. El fondo original fue raspado ya que era sólo negro para empezar. Entonces hay pérdidas específicas, pero había pintura original a ambos lados de esas pérdidas. En la mayoría de los casos pude reconstruir en base a ese original.

Considerando la importancia histórica de la pintura, ¿temía tocarla o dañarla?

No. Si fuera así, no podría restaurar nada.

Usted dice que no le importa el precio, pero estaba trabajando con una obra maestra cotizada en muchos millones…

He trabajado en otras pinturas que valían US$100 millones. No puedes pensar realmente en eso. Si eres un restaurador, debes darle el mismo valor a cada obra, valga US$30,000 o US$300 millones, si es de un verdadero artista.

Por cierto, muchos creen que el éxito del remate se debe a la operación de marketing que se hizo…

Christie’s hizo un trabajo maravilloso para llamar la atención de la gente sobre la extraordinaria belleza y rareza de esta obra maestra. Por supuesto que es marketing. Cada vez que vendes algo es marketing.

Usted es una de las profesionales más respetadas en su campo. Y algunos han cuestionado la condición de la pintura, diciendo hasta que fue limpiada en exceso o que los esfuerzos por restaurarla provocaron abrasiones. ¿Cómo toma esas críticas?

En el pasado algunas partes de la pintura sufrieron limpieza excesiva. Pero la mayoría del daño se debe al daño de la madera. Está dañada, pero es de Leonardo y buena parte está bien preservada. Es todo lo que tengo para decir.

¿La extraña ahora?

Claro. Siempre voy a extrañarla. Pero estoy muy orgullosa de ella. No orgullosa de mí; estoy orgullosa del cuadro.

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