5 cosas que hay que saber sobre el síndrome de las piernas inquietas

En función de la gravedad, puede ser solo una molestia o un trastorno que afecte gravemente tu calidad de vida

Las piernas inquietas a veces necesitan medicación.

Las piernas inquietas a veces necesitan medicación. Crédito: Pixabay

Si alguna vez has estado leyendo un libro o viendo la televisión en la tarde y has sentido la necesidad extraña e intensa de mover las piernas, quizá hayas experimentado el síntoma característico del síndrome de las piernas inquietas (RLS), también conocido como la enfermedad de Willis-Ekbom.

Las personas podrían describir de forma variada esa sensación: como de cosquilleo, de nerviosismo o eléctrica. La característica del RLS es “la necesidad incontrolable de mover las piernas que llega cuando se está descansando [y despierto]”, explicó Suzanne Bertisch, M.D., médica especialista en el sueño del Centro Médico Beth Israel Deaconess y profesora asistente de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard University.

Los síntomas del síndrome de las piernas inquietas afectan a hasta el 7 o el 8% de todos los adultos en Estados Unidos, y entre el 2 y el 3% de las personas tienen casos lo suficientemente graves como para requerir medicación.

Sin embargo, muchos expertos siguen sin saber nada del RLS, y puede ser difícil de tratar. Para el Día de la concienciación sobre el síndrome de las piernas inquietas, hay 5 cosas que debes saber sobre esta afección.

Es fácil confundir los síntomas

Las personas con  RLS pueden informar sobre una serie de síntomas relacionados, incluyendo sacudidas de las piernas en la noche y fatiga. Pero para diagnosticar el RLS, los médicos confirmarán contigo que tienes una necesidad incontrolable de mover las piernas que aparece cuando estás inactivo (sentado o tumbado), y que se alivia o desaparece del todo cuando te pones de pie y te mueves, por ejemplo al caminar o hacer estiramientos. También tiene que producirse o ser más grave a finales de la tarde.

Tu médico también necesitará descartar otras afecciones que tienen algunos síntomas parecidos a los del RLS, dijo Bertisch. Por ejemplo, las personas con una neuropatía, una habitual complicación de la diabetes, podrían experimentar entumecimiento, hormigueo, o ardor en las piernas. Algunas personas con artritis podrían encontrar que al moverse se alivian la sensación de incomodidad en las articulaciones. Y algunas personas podrían mover las piernas al dormir, pero no tienen síntomas de piernas inquietas cuando están despiertas, un fenómeno conocido como movimientos periódicos de las extremidades durante el sueño.

Y aunque muchos casos de RLS no tienen una causa conocida, algunos son desencadenados por ciertas afecciones médicas que tu médico debe descartar, incluyendo el embarazo, la enfermedad renal y la diabetes.

No todo el mundo necesita medicamentos

No todas la personas que hayan tenido alguna vez síntomas de RLS necesitan tomar medicamentos. La pregunta clave es: ¿En qué medida afectan a tu vida los síntomas?

“Si no le molesta realmente a una persona, entonces no necesita tratamiento”, afirma Brian Koo, M.D., director del Centro del Síndrome de las Piernas Inquietas de Yale University. A diferencia de la apnea obstructiva del sueño, que puede aumentar las probabilidades de ataque cardiaco y de accidente cerebrovascular, el RLS no se ha asociado con otros riesgos para la salud, señala Koo.

Además, para muchas personas con síntomas entre leves y moderados del RLS, una serie de cambios en el estilo de vida o de hábitos puede hacer una gran diferencia. El ejercicio regular moderado puede reducir los síntomas en algunas personas, aunque hacer demasiado ejercicio hasta el punto de sentir dolor o molestias en las articulaciones y músculos puede exacerbar el RLS.

Planificar por adelantado es útil para muchas personas. Intenta hacer tareas domésticas activas o ir a caminar durante la tarde si es entonces cuando los síntomas se presentan habitualmente. O intenta distraerte: jugar videojuegos o tejer a esa hora.

Quizá estés empeorando las cosas

Tú podrías estar exacerbando tus síntomas del RLS sin saberlo. El alcohol y la cafeína son culpables habituales; reducir su consumo podría ser útil.

No dormir lo suficiente puede también desencadenar los síntomas de las piernas inquietas. Eso puede crear un ciclo problemático, según Bertisch, porque el RLS con frecuencia no deja dormir. Para compensar esto, una persona podría tomar un medicamento para dormir de venta libre, normalmente un antihistamínico, pero eso es una mala idea. “Se considera que los antihistamínicos en realidad empeoran el RLS”, dice Bertisch. En lugar de eso, prueba otras técnicas para dormir bien por la noche. (Lee nuestro consejo aquí sobre cómo quedarse dormido de modo natural).

Ciertos medicamentos, incluyendo varios tipos de antidepresivos, también pueden empeorar el RLS. Pero quizá no sea posible dejar de tomar un antidepresivo, así que habla con tu médico sobre otras opciones para aliviar los síntomas.

Ten en cuenta tu nivel de hierro

Si tienes síntomas de RLS, es probable que tu médico quiera hacerte una prueba de los niveles de hierro en la sangre. La relación entre el hierro y el síndrome de las piernas inquietas no se comprende del todo, según Bertisch, pero para algunas personas, corregir la deficiencia de hierro podría ser útil.

Pero no tomes complementos de hierro sin hablar con tu médico. Demasiado hierro puede provocar la aparición de síntomas gastrointestinales o, en algunas personas vulnerables, puede dañar el hígado y otros órganos.

Los medicamentos para el RLS pueden tener efectos secundarios graves

Si los cambios en el estilo de vida no son suficientes para evitar que el RLS afecte a tu vida, podría ser necesario un tratamiento con medicamentos.

Pero ninguno de los tratamientos farmacológicos para el RLS funciona para todo el mundo. Un tipo de medicamentos aprobados para el RLS son los agonistas de la dopamina, como el pramipexol (Mirapex y genérico), el ropinirol (Requip y genérico), y otros. Estos medicamentos pueden ser efectivos para la reducción de los síntomas de muchas personas. Pero si se toman con una dosis demasiado alta, o durante un periodo demasiado largo, pueden ser contraproducentes, y finalmente empeorar los efectos del RLS. En algunos casos raros, también pueden llevar a trastornos del control de los impulsos, lo que significa que puedes volverte propenso a apostar demasiado o a la hipersexualidad.

Un segundo tipo de fármacos aprobados para el RLS son los medicamentos como la gabapentina, que también se usan para el control de las convulsiones y el tratamiento del dolor de nervios. Estos incluyen la gabapentina (Neurontin y genérico), la gabapentina enacarbil (Horizant) y la pregabalina (Lyrica y genérico). Pueden provocar aumento de peso y somnolencia y empeorar la depresión, y podría haber un riesgo de dependencia.

Algunos médicos recetan opiáceos en dosis bajas como la oxicodona (OxyContin y genérico) y la hidrocodona (Vicodin y genérico) para el RLS grave que no ha respondido a ningún otro tratamiento. Pero es importante saber que cualquier uso de los opiáceos puede tener muchos efectos secundarios y conlleva un riesgo de adicción.

Si tienes problemas graves, quizá lo mejor sea encontrar un médico con experiencia en el tratamiento del RLS, según Koo. Él recomienda que busques en el directorio de la Fundación del Síndrome de las piernas inquietas de profesionales con experiencia, que puedes encontrar aquí.

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