¿La hepatitis puede convertirse en cirrosis?

El inadecuado control para la hepatitis y el consumo prolongado de alcohol puede generar daños irreversibles en el cuerpo

Una enfermedad silenciosa pero abrasiva puede sin duda acabar con tu vida sino tomas las medidas necesarias una vez que es diagnosticada. La Hepatitis es una inflamación del hígado y sus causas pueden ser virales, inmunitarias o tóxicas.

Para diagnosticar la hepatitis, se determina a través del aumento en sangre de las transaminasas las cuales son enzimas liberadas por la inflamación del hígado. Posterior a este primer resultado en sangre, se realizan otros estudios para determinar el tipo de hepatitis y su tratamiento.

Andrés Reyes, coordinador del área de Gastroenterología del Hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) Quito Sur, detalló que existen principalmente tres tipos de hepatitis:

  1. Hepatitis A: es un virus que no distingue entre niños o adultos de ningún género. Se presenta por contacto con otro enfermo o tras el consumo de alimentos lavados con aguas mal tratadas o contaminados por animales como moscas y cucarachas.
  2. Hepatitis B: es una enfermedad grave transmitida por la sangre o a través del contacto sexual. Suele causar una infección crónica causando cirrosis y alto riesgo de padecer cáncer.
  3. Hepatitis C: Afecta principalmente a los adultos y se origina tras el contacto con fluidos de una persona portadora del virus.

Los síntomas que se presentan con la enfermedad pueden parecer comunes en algunos casos con la presencia de la pérdida del apetito, náuseas, dolor estomacal y  fatigas.

En otros casos un poco más delicados se presentan constantes náuseas, diarrea, cambio de color en la orina, acumulación de líquido en el abdomen y piernas, hematomas y sangrado anormal, además de heces con color blanquecino.

Si una persona tiene alguno de los síntomas antes mencionados, es recomendable que visite a un especialista y se practique todas las pruebas necesarias para descartar la enfermedad o seguir si es diagnosticado, los tratamientos adecuados.

Cifras alarmantes

De acuerdo a los informes emitidos por la Organización Mundial de la salud (OMS), existen en el mundo más de 400 millones de individuos que sufren esta silente enfermedad.

De esta elevada cifra, más de un 55% de los portadores del virus podrían llegar a tener cirrosis, una patología crónica e irreversible.

Quienes son portadores del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), tiene una mayor probabilidad de tener Hepatitis por su forma de transmisión.

La Organización Mundial de la Salud, estima que en América Latina, la hepatitis causa 125 mil muertes al año.

 Enfermedad hepática alcohólica

Esta afección es un daño como consecuencia del excesivo consumo de alcohol durante muchos años, deteriorando el hígado sin que pueda revertirse la enfermedad. La cirrosis es la etapa final de esta afección del hígado.

No sólo el alcohol es el responsable de las complicaciones que puede sufrir nuestro hígado. Pueden presentarse traumatismos previos en el órgano y toxinas además de otros factores externos que pueden afectar su funcionamiento.

La hepatitis que se convierte en cirrosis en una etapa avanzada de la enfermedad, provoca alguna de las siguientes consecuencias:

  • Ictreria: el hígado se torna incapaz de eliminar la bilirrubina de la sangre y puede ocasionar picor en la piel
  • Hinchazón y dolor abdominal: se genera la retención de líquido y sal en las extremidades inferiores
  • Hemorragias: se producen a nivel nasal y en las encías. Aparecen hematomas en la piel como consecuencia de una deficiente circulación de la sangre
  • Desnutrición y pérdida de peso muscular
  • Pérdida del deseo sexual

Para atender esta afección, cada individuo deberá tener un tratamiento individualizado, sin embargo las recomendaciones  versan en llevar un mejor estilo de vida, dejar de consumir bebidas alcohólicas, alimentarse sanamente y con la cantidad de nutrientes adecuados.

Asimismo el paciente, deberá realizar constantes estudios y análisis para determinar el avance o evolución de la enfermedad y en situaciones determinantes, podrá tomarse la alternativa de proceder a realizarse un trasplante hepático.

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