Por qué sí debes vacunar a tu hijo

Enfermedades como el sarampión están regresando a la escena mundial de manera alarmante

Las vacunas salvan vidas.

Las vacunas salvan vidas. Crédito: Shutterstock

En Europa se han registrado más casos de sarampión en sólo 6 meses, que los que se habían presentado en una década. En Brasil, los brotes de sarampión y poliomelitis han puesto en alerta a los servicios de salud de ese país, que llamó a vacunar a los niños de manera urgente. En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades anunciaron hace unos cuantos días que 21 estados se encuentran en alerta por sarampión. Y el origen de estos brotes epidémicos es que muchos padres alrededor del mundo han decidido no vacunar a sus hijos.

Por ideología, religión, filosofía, cualquiera que sea el motivo por el que los padres deciden no vacunar a sus hijos, es importante que sepan que sus hijos pueden estar en un gran riesgo de contraer enfermedades realmente graves, que pueden causarles secuelas de por vida o incluso la muerte.

El sitio vaccines.gov, del Departamento de Salud y Servicios Humanos, difunde cinco buenas razones para vacunar a los niños desde que nacen y conforme al esquema de vacunación vigente:

Una vacuna puede salvar su vida. Enfermedades que en algún momento se convirtieron en epidemias en el mundo, han prácticamente desaparecido gracias a las vacunas. Un ejemplo de ello es la poliomelitis, que fue la enfermedad más temida en EEUU porque causó parálisis en miles de niños y también muertes. La polio provoca paraliza las piernas del enfermo de manera irreversible y también puede paralizar los músculos respiratorios con un desenlace fatal. Gracias a las vacuna no existen casos de polio en este país.

Las vacunas son seguras y eficaces. Aunque algunas pueden provocar efectos secundarios como dolor, molestias, enrojecimiento en la zona de aplicación o incluso fiebre, ninguna de estas incomodidades  se compara con el sufrimiento de padecer alguna de las enfermedades que las vacunas previenen. Las reacciones alérgicas graves son muy raras, pues las vacunas han sido probadas cuidadosamente en los laboratorios durante décadas.

Una vacuna protege a la familia entera. En EEUU, el resurgimiento de enfermedades para las que existe vacuna como el sarampión o la tos ferina pone en riesgo a todos los niños alrededor. Un pequeño sin vacunas puede ser el agente que contagie a quienes lo rodean, incluso adultos. Algunos niños no pueden ser vacunados por padecer alergias severas u otras enfermedades que debilitan de manera importante su sistema inmune, así que cuando las personas cercanas a ellos están vacunadas, esos pequeños están más protegidos.

Una vacuna siempre será más barata que una enfermedad terrible. La carga financiera que genera una enfermedad prevenible mediante vacunas puede ser muy importante, sin considerar que también puede conllevar una discapacidad prolongada que será difícil de cubrir financieramente. En general, las vacunas están cubiertas por el seguro y el gobierno estadounidense cuenta con un programa de vacunas sin costo a familias de bajos ingresos. La información completa puede consultarse con el médico de cabecera.

Las vacunas protegen a generaciones futuras. Generaciones atrás, miles de personas sufrieron discapacidades de por vida que las generaciones presentes ya no experimentaron. Lo mismo ocurrirá con las generaciones próximas si hoy vacunamos a nuestros hijos. Las vacunas van erradicando enfermedades tan terribles como la rubéola (que causaba deformaciones congénitas) o la poliomelitis.

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