David Chocarro confiesa que su personaje ‘Santito’ en ‘El Recluso’ modificó su vida

"Es un personaje que me enamoró y me dio mucha relajación en mi vida"

David Chocarro su personaje 'Santito'

David Chocarro su personaje 'Santito' Crédito: Cortesía David Chocarro

A partir de este martes 25 de septiembre a las 10/9 PM Centro, Telemundo transmitirá una de sus mayores apuestas en todos los sentidos, ‘El Recluso’. Pero también, marca un parte aguas en la carrera de David Chocarro, quien con su personaje de ‘Santito’ se convertirá en la revelación de la serie.

Si, Chocarro tuvo que bajar 20 kilos, dejar sus abdominales de lado, raparse la cabeza y caracterizarse de una manera irreconocible… Sin embargo, y aunque cueste creerlo, todo eso pasa desapercibido en lo que en realidad ‘Santito’ modificó la vida, y la percepción de la misma en el actor argentino.

En exclusiva hablamos con David Chocarro, quien confiesa todo lo que aprendió a partir de su personaje en ‘El Recluso’, cómo transitó la manera de construir a Santito, y lo que dejó en él.

Pregunta: ¿Quién es Santito?
David Chocarro: Es el ahijado de Mariano Tavares, que es quien maneja toda la mafia de la cárcel, es su protegido. Es una persona que vive al día, víctima de los narcóticos y sus adicciones, pero sobre todo porque tiene un espíritu súper aniñado, por eso se puede permitir hacer lo que le da la gana… Eso lo transforma en un personaje muy atrevido, irreverente, valiente.

P: ¿Qué significa en tu carrera ‘Santito’?
D.Ch.: Más de lo que la gente por ahí piensa. Y es lo que a mí me está dejando, independientemente de la repercusión que pueda tener, que fue transitar toda la preparación… Me trajo muchísimo aprendizaje, cómo vive la vida el aquí y ahora, y no estar viendo hacia delante… El valor a la hermandad, la amistad, a enamorarse de nuestro propio entorno y defenderlo. Aprendí de los códigos, que al final terminan siendo los mismos en cualquier estrato social. Uno tiene tanto prejuicio, pero a medida que me fui involucrando y metiendo en lugares donde uno normalmente no se metería, e incluso los vehículos son muchos más fuertes que en la sociedad.

David Chocarro en 'El Recluso'

P: Hablas de ‘Santito’ de una manera idílica, ¿es un malo ‘bueno’?
D.Ch.: Es un malo tierno, tiene una ternura y una inocencia, y creo que carece un poquito de inteligencia a futuro, por lo cual es una pieza muy fácil de manejar, lo pueden manipular a través del cariño. Cuando toca las emociones.

P: ¿Qué aprendiste de ‘Santito’ y qué no te quieres llevar?
D. Ch.: La parte tierna y emocional es un aprendizaje para mi vida. El valor que tienen las relaciones y a saber elegirlas… Me cuesta no llevarme algo de él, lo tengo muy atesorado, dejaría su ortodoncia (risas)… Matar a alguien en mi sociedad sería impensado, matar a alguien en una sociedad como en la que vive Santito, que es de supervivencia extrema, no sé si juzgarlo como asesino porque no lo hace por satisfacción, lo hace por supervivencia.

P: Si alguien se cruza a ‘Santito’ por la calle sale corriendo, ¿cómo lograste rescatar su ternura pese a su apariencia?
D. Ch.: Eso fue un trabajo que le tengo que agradecer muchísimo a Baltimore Beltrán, el es un gran actor pero además es un coach impresionante… Desde el día uno me dijo que lo más difícil de un personaje es encontrar la empatía con el público, y todos los personajes, no importa dónde lo catalogues, tienen donde empatizar con la gente.
Hoy por hoy se está viviendo en una sociedad con mucha violencia, y creo que desde ahí conecta Santito, se siente apartado de la sociedad, justificadamente, y hoy le pasa mucho a grandes masas de la sociedad, Santito puede venir a reivindicar un poco esto de querer ser parte y al final buscar en dónde acomodarse estando excluido.

P: Hay una tendencia, en especial en Telemundo, a las narco-series, “El Recluso’, aunque parece, no sigue esa misma línea, ¿crees que esa puede ser la sorpresa para el público?
D. Ch.: Sí, va a ser una sorpresa por muchos factores. Primero porque van a ser 13 capítulos, con eso evitas ser repetitivos, ir a lo conciso con un público que cada vez más busca series en otras plataformas. No es una narco-novela, el tema de la droga se toca como consecuencia de estar donde están. El eje central son las mafias dentro de las cárceles, y se hizo un trabajo muy grande para darnos ese ambiente. Porque no es por tirar el género, pero esta no tiene nada que ver con la cárcel que vieron en ‘El Rostro de Analía’ o en ‘La Doña’, esta es un calco de la realidad que se viven en las cárceles de máxima seguridad.

P: ¿Qué pasó esa primera vez que entraste a esta cárcel?
D.Ch.: Estuvo buenísimo, la primera vez que entré a grabar yo ya estaba caracterizado, la escena era en un pasillo con un montón de extras, casi en su totalidad eran Mara Salvatrucha de verdad, que hoy son personas que tienen una inserción laboral bastante buena y por eso lo hacen bien. Se están haciendo tantas series, novelas con esa temática que les dan trabajo, pero no deja de ser impactante. No había llegado nadie de la producción y fue tan fuerte que me fui. Además yo pasaba por uno de ellos… Desde el día uno hasta que terminamos nunca entré como ‘Santito’, sino como David caracterizado, tratando de dejar claro que era un actor interpretando, porque siempre me dio miedo que sintieran que era una falta de respeto. Incluso eso me dio la posibilidad de consultarles en ciertas escenas.

P: Haz hecho personajes que han marcado tu carrera y al público como los gemelos de ‘La Casa de Al Lado’, y este sin duda marcará un punto de inflexión, ¿en qué posición te pone a la hora de elegir o aceptar tu siguiente personaje?
D. Ch.: La repercusión propia se genera antes de que salga al aire, se que va a marcar un parte aguas en mi carrera viéndolo desde afuera. En lo personal es muy difícil para levantar más la vara. El otro día estuve con Baltimore y él me dijo “El problema que tenemos los actores, cuando te pasa lo que te está pasando, es que nos ponemos muy cerebrales, y nosotros somos emocionales, si tu próximo personaje no lo hubieras hecho tan mentalmente y hubiera sido más rico de lo que está siendo”… Hoy tengo mucho más claro que toda la experiencia con Santito fue tan linda, que es como saltar al vacío, estaba viviendo como nunca me pasó con ningún personaje, es que quiero eso.

P: ¿Va a haber una segunda parte?
D.Ch: Yo quiero, es un personaje que me enamoró y me dio mucha relajación en mi vida porque pesar 20 kilos menos y lucir espantoso hace que no haya necesidad de posar para que te vean y no te critiquen, porque cualquiera que te critiquen y sí, estoy haciendo un personaje. No se si habrá, lo único que escuché es ver la repercusión que va a tener. Justo Fernanda Castillo me preguntó si volvería a bajar 20 kilos y la respuesta fue: obvio, me encantaría.

P: Recién decías que ‘Santito’ te cambió la percepción, ¿te modificó, también, algo en lo personal?
D.Ch: Sí, llegó en un momento indicado en mi vida en donde estaba revisando mucho de mi historia, haciendo mucha terapia, y la parte psicológica de este personaje apareció en mi terapia porque abrir mucho, sacar mis propios miedos… Toda mi vida me juzgué demasiado, entonces a partir de Santito y por la etapa que pasó, me permitió sacarme muchas mochilas de encima, y dejar de caerle bien a todo el mundo. Santito no le cae bien a todo el mundo, y es feliz con quien quiere ser feliz con él y sino no pasa nada. David, a diferencia de Santito, le quería caer bien a todo el mundo, quería ser el mejor en todo, el mejor padre, el mejor marido, el mejor amigo y no se puede, y Santito me trajo mucho de eso.

P: ¿Y cuando liberaste qué pasó?
D.Ch.: Ahora estoy más tranquilo, mi vida es más relajada y siento que valoro mucho más cosas que antes no valoraba en el corre corre de la repercusión… Por eso no quiero ser parte de la repercusión que todo el mundo vaticina. Quiero quedarme con lo que transité y ahora me doy cuenta que quiero disfrutar los caminos sin la repercusión, si pasa, pasa. Disfruto más de la vida y más con todo este rollo de que nos vamos a morir. Si antes mi ego estaba en 100, durante el proceso de Santito estaba en un -15, y ahora promedia en un 25, tratando que no se me escape porque creo que el ego es re-peligroso, y eso me lo enseñó Santito, la terapia y la vida.

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