Enviada especial: Caravana Migrante exigirá en el Senado la eliminación de visas

PIJIJIAPAN , Mexico.- El activista de la organización Sin Fronteras, Irineo Mújica, se instaló en medio del campamento del éxodo centroamericano que pernoctó en este poblado y, con micrófono en mano, soltó directrices que llevará la caravana a la Ciudad de México, el objetivo a mitad del camino hacia Estados Unidos.

“Somos pueblos hermanos, ¿por qué tenemos que pedir visa para venir a México? Si la quitan, ¡se acaban los problemas!, ¡se podría transitar y buscar oportunidades sin riesgos, sin persecución! Los migrantes aplaudieron. “

Así se habla, mi hermano!, dijo alguno.

• Que se eliminen las visas para los centroamericanos!- gritó Mujica, acalorado y sudoroso, en medio de la multitud.

“Eso lo puede resolver el congreso mexicano y, por eso, tenemos que ir al Senado, al congreso mexicano en la CDMX, para exigirlo, que nos escuchen y vean lo que representamos”.

Para la caravana migrante, llegar a la Ciudad de México es un objetivo importante. La capital mexicana se auto nombró desde el 2009 – a través de sus autoridades- una “Ciudad Santuario”, por lo cual, ninguna persona puede ser detenida debido a su condición migratoria y ha puesto a disposición “del visitante” todos sus programas de asistencia social, incluyendo el seguro de desempleo, servicios de salud y educación.

“Vean la ciudad y, si les gusta, podría ser una oportunidad para ustedes, se pueden quedar si quieren”, puntualizó el activista de origen mexicano nacido en Arizona, de doble nacionalidad.

Irineo Mújica fue el organizador de las tres caravanas que anteceden al presente éxodo. En abril pasado, la última a su cargo, logró con la organización Sin Fronteras llevar con éxito, desde Honduras a Estados Unidos, a unas decenas de migrantes; algunos de ellos, con posibilidades de refugio; otros, rechazados y devueltos.

“No todos van a tener refugio en EEUU”, arrojó esta vez. “Las cifras dicen que sólo lo logran 15 de cada 100”.

El ambiente se tensó y el olor ácido de los cuerpos transpirando se percibió más intenso. Un amasijo de expectativas y esperanzas. “De todos modos lo vamos a intentar”, susurró una mujer en voz baja.

¡Queremos ir!, ¡El amor de Dios es grande!”, dijo otro.

En ese momento, Mújica aprovechó el ánimo para alertar de los peligros por la ruta de Veracruz, de los secuestros y extorsiones, de irse mejor por la Sierra de Oaxaca, aunque por ahí no pase el tren de carga en el que muchos viajan clandestinos.

“Tardaremos más pero será más seguro, yo no los voy a acompañar porque tengo que seguir mi proceso jurídico en Chiapas (está acusado de agredir a agentes del Instituto Nacional de Migración), pero yo les digo que por la Sierra serán cinco días hasta salir a Puebla, ¿quién vota por que sea por Oaxaca?”.

“Oaxaca, Oaxaca”, corearon.

“¡Pues.., adelante! ¡Que viva Honduras! ¡Viva Chiapas! ¡Viva México!”

“¡Viva!”