Cómo recuperar el deseo sexual en un matrimonio de largo tiempo

Es posible que vuelva el placer, solo debes tener un compromiso real por reavivar la llama del deseo

Para recuperar el deseo se deben recuperar las demostraciones básicas como los besos o las caricias.

Para recuperar el deseo se deben recuperar las demostraciones básicas como los besos o las caricias. Crédito: Pixabay

Después de algunos años de matrimonio, el terreno sexual de la pareja suele estancarse en una sequía que por lo regular solo tiene dos caminos interesantes: o se aprende a vivir sin sexo o se trabaja por salir de esa mala racha.

Entre la presión laboral, el cansancio por las tareas del hogar, y la misma rutina que acecha a todas las parejas con varios años juntos, suele desaparecer el apetito sexual de los matrimonios, dejando de lado una de las muestras de amor que incluso un día les unieron.

De acuerdo al Instituto Kinsey, una entidad de referencia en la investigación sexológica que depende de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, el 34% de las parejas casadas mantienen relaciones sexuales entre dos y tres veces a la semana. Pero, ¿qué sucede con el 66% restante? Diversos estudios avalan el hecho de que, con el paso de los años, la frecuencia de las relaciones sexuales y la satisfacción disminuyen.

Incluso tener hijos es también un motivo por el que un matrimonio vaya relegando el placer en la cama, ya que la misma paternidad es agotadora. Y no se diga quienes tienen bebés a los que hay que alimentar y cuidar de día, de noche y de madrugada.

Pero ¿cómo recuperar ese deseo sexual? Nada sucede por arte de magia. Es mentira que las ganas de intimar con la pareja sucedan por sí solas, esto requiere de un poco de ilusión y creatividad que encienda la chispa. Recuperar el placer es posible si se habla un poco de lo que hemos olvidado hacer, se propone un espacio y un tiempo al reencuentro erótico y sexual.

Porque tener sexo no es como andar en bici, si se pierde la práctica también se puede caer en resistencias. Lo adecuado es que cuando se disminuye la frecuencia de las relaciones sexuales, se aumente el afecto físico.

Para recuperar el deseo se deben recuperar las demostraciones básicas como los besos o las caricias, no ir directamente al grano sino empezar por pequeños gestos para calentar motores. Pueden ser mensajes de texto subidos de tono o un beso ardiente de despedida por la mañana para querer volver a casa a terminar con lo que temprano se comenzó.

Es importante comprender que hay otro tipo de situaciones en la vida de las personas que los llevan a disminuir la frecuencia de las relaciones sexuales, eso hay que aceptarlo. Pero no debe ser sinónimo de resignación, sino buscar el compromiso de reavivar la llama para que de a poco vuelva el apetito en la pareja.

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