Demos un suspiro de alivio porque termina la era de Trump
Ahora arrisquémonos las mangas de la camisa y empecemos a reconstruir la democracia y remover el daño que ha causado
Los eventos del asalto al Capitolio el 6 de enero son algo que ya se venía viendo desde el día en que Trump tomó posesión.
Me acuerdo que el 21 de mayo del 2017 escribí una columna titulada ‘Después de Trump tendremos que reinventar el país’. Los primeros dos párrafos decían así:
“Me imagino que este país ya no será el mismo después de cuatro años de la gestión presidencial de Donald Trump. Por lo que les pido a los lectores recordar bien cómo era este país antes de Trump para poder regresar a esos ideales y a la larga tradición de tolerancia y compasión a los menos privilegiados”.
En realidad, el presidente Trump no logró hacer mucho por la mayoría de los estadounidenses, solo ayudo a la elite más rica del país. Tampoco supo cómo proteger al país del covid-19.
Pero sí atacó a los inmigrantes y dividió al país, pero los republicanos lo habilitaron guardando un silencio cómplice. El resultado fue el asalto al Capitolio y la muerte de cinco personas.
Pero no hay mal que dure 100 años y ha llegado el fin a su periodo presidencial, así que demos un suspiro colectivo de alivio por su partida.
Ahora arrisquémonos las mangas de la camisa y empecemos a reconstruir la democracia y remover el daño que ha causado.
Los demócratas ahora no solo ocuparán la Casa Blanca, también tendrán la mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes.
Cambios nuevos pueden surgir bajo la nueva administración de Joe Biden si nos proponemos lograrlo.
Es urgente elevar el salario mínimo en el país a $15 la hora; regresar a los acuerdos climáticos de Paris; acabar con el racismo sistémico; apoyar a la educación pública; reformar la policía del país; volver a proteger al medio ambiente; crear un plan universal de salud y acabar con la pandemia del covid-19.
Ahora más que nunca los hispanos del país deben mantenerse alertas para que Biden cumpla sus promesas.
Entre ellas está la regulación del programa DACA para dar alivio colectivo a los cerca de 700,000 jóvenes que están en la cuerda floja desde que Trump trató de anularlo. Biden también prometió reunificar a los niños inmigrantes separados de sus familias en la frontera y presentar una reforma migratoria integral para los 11 millones de inmigrantes que han sido negados, insultados y criminalizados por Trump.
Los activistas y políticos hispanos del país deben elevar la voz a tiempo para prevenir que Biden se olvide de sus promesas, como lo hizo Barack Obama.
En esa columna mencionada de 2017 también escribí, a sabiendas de que Trump de afectaría al país: “Por eso pido a los lectores que piensen en lo que significa este país porque después de Trump tendremos todos que reconstruirlo y regresarlo a sus ideales expresados en la Constitución: Sostenemos estas verdades como evidentes, que todos los hombres son creados en igualdad, que han sido dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables, que entre ellos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.