Club especial para varones impulsa el acceso a la salud mental en Cicero

Los participantes, inmigrantes latinos de 35 años en adelante, se reúnen los martes de 6 pm a 8 pm para participar en charlas y talleres impartidos por expertos

La doctora en Psicología Patricia Canessa habla sobre salud mental en el Club de Desarrollo Personal para Hombres en Cicero. (Belhú Sanabria / La Raza)

La doctora en Psicología Patricia Canessa habla sobre salud mental en el Club de Desarrollo Personal para Hombres en Cicero. (Belhú Sanabria / La Raza) Crédito: Impremedia

A un grupo de inmigrantes latinos les gusta participar en un club en Cicero porque es especial para varones, en español y gratis.

Muchos varones han sido víctimas de abuso físico, verbal, emocional, incluso económico, dice Gerardo Salinas, coordinador del Club de Desarrollo Personal para Hombres de la organización Un Nuevo Despertar, y cita un ejemplo.

“Soy hombre, de 45 años, tengo ansiedad, mi mujer me maltrata, tengo un trauma, fui abusado sexualmente cuando era un niño en mi país de origen o cuando crucé la frontera”. Este tipo de declaraciones son las que escucha Salinas durante su trabajo como facilitador.

Cuando en la cultura latina se habla de sobrevivientes de violencia doméstica, muchas personas tienden a relacionarlo con casos de mujeres, y pocos se refieren a los varones por lo que en la comunidad hay escasos recursos para ellos.

“Sabemos que hay muchos programas diseñados para la mujer y para la comunidad LGBTQ+, y como los hombres también necesitan apoyo, recurso emocional, fue así como se creó este espacio para que ellos se puedan reunir y tener acceso a charlas, presentaciones y talleres sobre salud mental”, dice Salinas.

El Club de Desarrollo Personal para Hombres es un programa diseñado para la salud mental del varón que comenzó a operar el 15 de noviembre de 2022. Ofrece también asesoría legal y acceso a servicios de asistencia económica, entre otros servicios.

Este programa se enfoca en varones que han sufrido violencia doméstica, no solo por su pareja o esposa sino también en su infancia o adolescencia por alguno de sus padres.

Un grupo de 10 a 12 hombres se reúnen todos los martes de 6 pm a 8 pm en el Club de Desarrollo Personal para Hombres en el suburbiode Cicero para participar en charlas y talleres impartidos por expertos en materia de salud mental. 

Los participantes son hombres inmigrantes, de 35 años, en adelante que hablan español por lo que los talleres se dictan en su idioma.

“Creamos estos talleres cada martes para poder brindarles estos recursos emocionales de salud mental para que ellos tengan en su vida más herramientas, más opciones, ya que si el hombre está mentalmente mejor, estable consigo mismo, eso quiere decir que también va a estar mucho mejor con su familia, con sus hijos, con su pareja, en general en todas las áreas de su vida”, explica Salinas a La Raza.

Entre las barreras que enfrentan los varones para acceder a recursos de salud mental están el idioma, el estatus migratorio y la falta de seguro médico.

“Encuentro que varios de los participantes –por el machismo, la cultura o los tabúes– no han tenido de jóvenes acceso a la salud tanto mental, emocional, física. Muchos de ellos, a sus 40, 50 o 60 años recién vienen identificando que tienen ansiedad, depresión, porque no fueron al doctor desde los 15 o 18 años”, destaca Salinas en entrevista con La Raza.

Desde el 15 de noviembre de 2022 hasta el 25 de abril han participado en el club 122 varones.

Conexión y empatía

Salinas dice que hay una falta de acceso a psicólogos y que la lista de espera en las clínicas es de hasta seis meses. “Hay clínicas donde hay listas de espera de tres a seis meses para poder ver a un doctor, a un psicólogo experto en la salud mental. Muchos pacientes son inmigrantes indocumentados que a veces no tienen seguro médico y por lo tanto no tienen acceso a salud mental”.

“En este Club de Desarrollo Personal para Hombres tratamos de darles acceso a psicólogos. También hay algunos doctores que vienen hablar sobre el cáncer de próstata, salud mental y física, recursos legales. Todo es confidencial y en español”, destaca Salinas.

Además del apoyo en servicios de salud mental, emocional y física, a la persona que tiene una emergencia y no puede pagar su renta se le puede conectar con recursos de asistencia económica, agrega. 

Gerardo Salinas es invidente, beneficiario del programa de Acción Diferida para Los Llegados en la Infancia (DACA) y tiene una licenciatura en Trabajo Social. Salinas dice que hay una conexión y empatía entre él y los participantes. “Soy un hombre mexicano que llegó a este país con muchos retos, con depresión, ansiedad, comencé de cero a reconstruir mi vida, me superé, salí adelante. Ellos se conectan bastante conmigo, saben que los voy a entender, he pasado mucho por lo que ellos han pasado, hay esa conexión entre mi persona y ellos”.

Para Patricia Canessa, doctora en Psicología, el problema es del sistema, no de los varones. Y enfatiza que hay que entender la masculinidad. “No son los hombres lo que tienen problema, es el sistema que tiene el problema con los hombres, que es diferente. No se ha creado un sistema que sea receptivo del hombre y cuando tú vas a terapia y vas a una sesión, la sesión es muy semejante a la sesión que sería con una mujer o que sería con cualquier persona”.

Cannesa explica que, en ese contexto, las respuestas que los terapistas dan son respuestas condicionadas dentro de un mundo femenino, no de un mundo masculino. “El hombre va a la sesión y posiblemente le contestan algunas de sus preguntas que tiene por curiosidad o porque son elementos que siempre le están creando una barrera, pero no encuentra ese tipo de lo que se llama entendimiento y apoyo y respuestas que van con la masculinidad. Esto hace que no sea permanente, va a resolver el problema, se va y no vuelve nunca más o vuelve cuando tiene otro problema grave. Pero el tema de crear conductas preventivas es tener la puerta abierta siempre, es prevenir la crisis, es trabajar con los elementos que producen esa crisis. Pero para eso hay que entender la masculinidad, si no los entiendes no sirve”.

Martin, quien prefiere omitir su apellido, se divorció hace 13 años. Estuvo con ansiedad y depresión en aquellos años, pero buscó ayuda en un grupo de apoyo en el que permaneció por más de una década.

En su búsqueda de aprendizaje y desarrollo personal, Martín decidió desde enero de este año comenzar a participar en el club y asiste todos los martes. “El club me ha ayudado en diferentes aspectos, a adquirir mucho conocimiento, traen invitados cada semana, por ejemplo ahorita está la psicóloga, y tocan diferentes temas desde gestionar las emociones, la autoestima, ansiedad, depresión, invitados que te dan información acerca de finanzas, abogados. En fin, es muy variado, siempre viene gente bien preparada a darnos la información y eso te ayuda en todos los aspectos de tu vida”.

Martin dice que en la ciudad no hay mucha ayuda para varones, ni tampoco en el estado. Este inmigrante mexicano piensa que algunas de las principales barreras que hay para que los hombres pidan ayuda son cuestiones culturales, el machismo, el idioma y la falta de grupos de apoyo. “Existe todavía el tema cultural, el machismo, muchos hombres todavía creen que el desarrollo personal, las terapias, los grupos de apoyo no funcionan, que esto no es para ellos, que las personas que expresan emociones son débiles. Creo que por estos puntos la gente no se acerca a este tipo de programas”.

“Hay que quitarnos los prejuicios que traemos de nuestros lugares de origen, que las personas en general estamos hechas de cuerpo, mente y emociones, y si no sabemos lidiar con nuestras emociones hay que pedir ayuda”, puntualiza Martin en entrevista con La Raza.

El Club de Desarrollo Personal para Hombres se reúne en 6130 W 21 St, Cicero, IL. Teléfono 773-801-7111.

La cobertura editorial de La Raza es posible en parte gracias al apoyo del Chicago Community Trust.

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