Hispanos de Chicago creen que Trump no logrará quitar la ciudadanía por nacimiento a los hijos de inmigrantes
Ese planteamiento vulnera la Enmienda 14 de la Constitución, que reconoce la ciudadanía por nacimiento a los nacidos en territorio estadounidense

Manifestantes defienden el derecho a la ciudadanía por nacimiento de todos los nacidos en EEUU ante la Corte Suprema. Crédito: AP
El absurdo de querer ignorar una enmienda constitucional establecida hace 157 años mueve a varios líderes latinos de Chicago a pensar que eso es una acción sin mérito, inconcebible y totalmente innecesaria.
“Yo no sé, suena tan llena de locura”, dijo la activista Laura Paz, de la organización El Pueblo Manda.
“¿Por qué quiere [Trump] hacer eso? ¿Por qué piensa que él puede cambiar la decimocuarta enmienda a la Constitución?”, se preguntó Paz.
Trump casi de inmediato luego de tomar posesión de su segunda administración en enero firmó una orden ejecutiva que niega la ciudadanía por nacimiento a los hijos nacidos en Estados Unidos de padres inmigrantes que son indocumentados.
Según su orden ejecutiva, Trump propuso que para obtener la ciudadanía los hijos de los inmigrantes deben tener al menos un padre que sea ciudadano o al menos que un padre sea residente permanente.
De lo contrario, dice la orden ejecutiva, que actualmente está impugnada en tribunales del país y cuya validez será definida por la Corte Suprema, la ciudadanía no debe ser concedida a esos hijos de indocumentados.
La Enmienda 14 a la Constitución fue aprobada por el Congreso y la mayoría de los estados de la nación en 1868. Esto ocurrió después de la Guerra Civil entre los estados del Sur y el Norte del país.
Esta enmienda se consideró para que en toda la Unión, pero específicamente en los estados del Sur, se le reconocieran plenos derechos a las personas y sus hijos que sufrieron esclavitud.
La Enmienda 14 dice así: “Todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos, y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de los Estados Unidos y del Estado en el que residen”.
El caso de si los hijos de los inmigrantes indocumentados son o no ciudadanos de este país está siendo ventilado en cortes del distrito federal y en la Suprema Corte.
Pero ya en 1898 hubo un caso del máximo tribunal que afirmó la validez de esta enmienda de la Constitución.
Wong Kim Ark nació en San Francisco y luego de un viaje a China con sus padres se le prohibió regresar al país diciéndole que no era ciudadano de Estados Unidos.
Este caso llegó hasta la Suprema Corte y se le conoce como ’United States vs. Wong Kim Ark’.
En una decisión de 6 a 2, la Suprema Corte dictó que Wong Kim Ark, hijo de inmigrantes chinos nacido en Estados Unidos, era ciudadano de este país.
Para la abogada y escritora Virginia Martínez, lo que Trump quiere hacer contra la Enmienda 14 es muy exagerado.
“Lo que está haciendo el presidente Trump no es legal y es contrario a la decimocuarta enmienda a la Constitución”, dijo Martínez a La Raza.
“Los niños nacidos en Estados Unidos son ciudadanos de este país, eso está claramente dicho en esa enmienda a la Constitución”, dijo Martínez.
Para cambiar la Constitución se requiere que dos tercios de ambas cámaras del Congreso y tres cuartos de los estados avalen la enmienda, algo que requiere amplio consenso y que puede tomar años.
Tanto que para entonces Trump ya no sería presidente del país.
Actualmente, una veintena de procuradores estatales y numerosas organizaciones en todo el país ha impugnado la propuesta xenofóbica de arrebatar la ciudadanía a los hijos de los inmigrantes.
“Yo no creo que el caso va a prosperar”, dijo el líder activista Artemio Areola, el enlace comunitario de la organización Coalición de Illinois pro Derechos de Inmigrantes y Refugiados (ICIRR).
“La Suprema Corte no lo va a permitir”, dijo Arreola, agregando que la misma corte pueda que tome varios meses para dar su opinión después de ventilar y deliberar el caso.
El activista Manuel Castro opinó que esta cruzada por quitar la ciudadanía a los hijos de los inmigrantes “va a afectar a todos los estadounidenses”.
“Es una alteración a la vida de los estadounidenses que solo trae más división entre todos los ciudadanos”, dijo Castro.
“El señalar de forma selectiva a los hijos de los inmigrantes hace que nos pongamos a reflexionar si vivir en Estados Unidos vale la pena”, agregó Castro.
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