Si hay sexo, ¿el amor es mejor?
Disfrutar juntos en la cama como pareja ayuda a fomentar el afecto y la fidelidad
El sexo sin afecto puede ser una experiencia gratificante, pero muchos aseguran que la práctica se enriquece cuando hay amor. En cualquier caso, el vínculo entre la cama y los sentimientos sigue siendo bastante fuerte. En este contexto, cabe hacerse la pregunta desde el otro lado: si es mejor el amor cuando hay sexo o no.
Algunos estudios señalan que, por lo menos, se consiguen parejas más estables. Esto se debe a una cuestión puramente química: la oxitocina, que se produce en el cerebro durante la excitación y el orgasmo.
Un estudio realizado por la Universidad de Bonn, en Alemania, demostró que esta hormona estimula el contacto entre las parejas y que, gracias a las relaciones sexuales, se mantienen altos sus niveles, potenciando la relación sentimental, aumentando el atractivo de la pareja y fortaleciendo vínculos que favorecen la monogamia.
No en vano a la oxitocina se la denomina “hormona del amor y del apego”. Para el sexólogo Joserra Landarroitajauregi, “la evolución ha introducido esta sustancia allí donde interesa la vinculación en el placer, procurando la conexión entre las parejas”.
Pero la oxitocina no es la única hormona involucrada en el afecto y la sexualidad. “El orgasmo produce la secreción masiva de tres neurotransmisores: oxitocina, serotonina y dopamina; o sea: vínculo, eutimia que mejora el estado de ánimo y gozo”, cuenta el experto. Estas sustancias también se producen cuando se tiene un orgasmo a solas. La diferencia está en que “el apego necesita la proximidad y el contacto del otro. No nos apegamos a la nada”, explica.
Más allá de la química
De todas formas, Landarroitajauregi insiste en que las relaciones sexuales no son solo química y que el amor se ve beneficiado directamente por la intimidad que se crea en la habitación.
Las parejas no se encuentran solo por motivaciones fisiológicas. En gran medida, desean la proximidad y la intimidad con sus parejas. El sexo no solo procura placer, también moviliza sentimientos y emociones. En definitiva, tiene muchos beneficios y pocos perjuicios.
¿Diferencia entre hombres y mujeres?
El bioquímico y divulgador Pere Estupinyà relata en su libro “S=EX2: la ciencia del sexo” (2014) cómo se sometió a un experimento para observar la reacción de su cerebro durante un orgasmo, a través de una resonancia magnética.
En dicho experimento se comprobó que era el hipotálamo el encargado de segregar dicha oxitocina, pero parecía haber indicios de que esta hormona se segrega en mayor cantidad por mujeres que por hombres, y en mayor cantidad en el orgasmo alcanzado en el coito que en el éxtasis de la autoestimulación.
Sin embargo, el experto aseguró que hoy en día nada prueba esa teoría que se basa en el reino animal, y asevera que las hembras buscan generar apego tras encontrar unos buenos genes para su descendencia.
Según el experto, “la sustancia segregada es la misma. Lo que varía más concretamente es el impacto que tiene en cada individuo”, pero no solo en cuestión de sexo. “También depende de otras variables como la edad” o incluso la biografía de la persona. “La infancia también influye en el impacto adulto de la oxitocina, porque esta edad es la escuela del amor y del vínculo entre personas”.
Entonces, ¿sin sexo no hay amor?
Pere Estupinyà está de acuerdo con que las relaciones sexuales potencian la relación sentimental, pero deja claro que “puede haber amor romántico sin sexo. El deseo es hormonal, pero el amor depende de la memoria”.
Pese a que no duda de la existencia de mecanismos químicos y genéticos que influyen en que una persona se enamore, “el amor está condicionado por factores psicológicos y sociales”.