Exmiembros de campaña de Trump se declaran no culpables en creciente escándalo político

El exjefe de campaña del mandatario de EEUU tiene varias acusaciones en su contra

Paul Manafort fue jefe de campaña del presidente Trump.

Paul Manafort fue jefe de campaña del presidente Trump. Crédito: Win McNamee/Getty Images

WASHINGTON – Los principales responsables de la campaña presidencial de Donald Trump se declararon este lunes no culpables de 12 cargos criminales, incluyendo lavado de dinero, como parte de la investigación del FBI sobre la presunta injerencia de Rusia en las elecciones de 2016, mientras la Casa Blanca se embarcó en una misión para controlar los daños.

Ante la pesadilla política que se cierne sobre su Administración, el presidente Trump predeciblemente salió al contraataque en Twitter, como parte de una amplia operación para controlar los daños a la imagen de “incorruptible” que cultivó durante la contienda electoral.

El exjefe de la campaña electoral de Trump, Paul Manafort, y un exsocio de éste, Rick Gates, se declararon no culpables de los cargos en un tribunal federal en Washington, D.C.

Los doce cargos, contenidos en 31 páginas, incluyen “conspiración contra EEUU”,  conspiración para el lavado de dinero, no declarar cuentas bancarias en el exterior, y hacer declaraciones falsas a las autoridades federales.

Un tercer exasesor de la campaña en asuntos exteriores, George Papadopoulos, se declaró culpable de mentir a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) sobre sus esfuerzos por conectar a la campaña de Trump con funcionarios del gobierno de Moscú.

Según el documento judicial, Manafort y Gates recibieron millonarias sumas por su labor a favor de un partido en Ucrania en la última década. Para ocultar su procedencia,  “lavaron” el dinero a través de empresas “fantasmas” estadounidenses y en el exterior para beneficio personal, incluyendo pago de hipotecas, matrículas privadas para sus hijos, y remodelación de vivienda.

Manafort “lavó” más de $18 millones para la compra de coches de lujo, inmuebles, antigüedades, ropa de alta costura y remodelación de su casa en los Hamptons, mientras que Gates desvió más de $3 millones de cuentas en el exterior como prima para la compra de una casa en Brooklyn.

Tanto Manafort como Gates, de 45 años, entraron y salieron del tribunal federal sin dar declaraciones al enjambre de periodistas nacionales e internacionales que se apostó en las gradas del edificio desde tempranas horas de la mañana.

El gobierno solicitó una fianza de $10 millones para Manafort y otra de $5 millones para Gates, y ambos quedaron bajo arresto domiciliario por ser considerados un alto riesgo de fuga. La próxima cita judicial para ambos será el próximo 2 de noviembre.

De ser declarados culpables, Manafort podría recibir entre 12 y poco más de 15 años de prisión, mientras que Gates recibiría entre 10 y cerca de 13 años tras las rejas.

Un portavoz de Gates, Glenn Selig, dijo que “esta lucha apenas comienza”, y que Gates considera que los cargos fueron apresurados por motivaciones políticas o mediáticas, sin respetar su derecho a seleccionar a su propio abogado –en la audiencia fue representado por un defensor público- en un día muy “problemático” para él y su familia.

El “factor Papadopoulos”

Papadopoulos ha estado cooperando con el FBI desde que fue arrestado en julio pasado, y su caso podría enlodar a la Administración, porque éste admitió que se reunió con un profesor en Londres en marzo de 2016, quien le aseguró que funcionarios del gobierno ruso tenían datos comprometedores y “miles de correos electrónicos” de la rival presidencial demócrata, Hillary Clinton.

El objetivo de ese encuentro era tratar de gestionar un viaje de Trump a Rusia y hasta una posible reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin, pero éste jamás se concretó.

En enero pasado, Papadopoulos mintió cuando dijo que se reunió con el profesor antes de sumarse a la campaña de Trump, y ahora las autoridades quieren saber por qué mintió si no tenía nada que ocultar.

Aunque el documento en sí no hace mención de Trump ni de la presunta injerencia electoral de Rusia, éste fue difundido como parte de la extensa investigación que realiza desde mayo pasado el fiscal especial, Robert Mueller, sobre lo que ocurrió durante la contienda, para determinar si hubo o no una “conexión rusa”.

Es que, aparte de las que realiza el Congreso, la del FBI tiene múltiples tentáculos, porque Mueller también investiga los encuentros del hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr.,  con rusos vinculados al gobierno de Moscú; los negocios del yerno del mandatario, Jared Kushner, y el despido del anterior director del FBI, James Comey. 

El eventual juicio contra Manafort, Gates y Papadopoulos tiene el potencial de deshilachar la presidencia de Trump, -dependiendo de la “basura” que echen a otros- mientras los principales líderes demócratas de ambas cámaras del Congreso urgieron no permitir interferencias de la Administración en la investigación del FBI.

Contraataque de Trump y la Casa Blanca

Trump reiteró en Twitter su conocida postura de que “no hay colusión” con Rusia, y que el FBI debería investigar en vez a “la corrupta de Clinton y los demócratas”.

Trump no ha reaccionado a la decisión de Papadopoulos de declararse culpable.

Mientras, la Casa Blanca también trató de minimizar la imputación de cargos y girar la atención hacia la reforma tributaria que promueve la Administración.

Durante su acostumbrada rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, insistió en que los cargos “no tienen nada que ver” con la campaña de Trump y que, en todo caso, Papadopoulos tuvo un papel menor en la misma.

Papadopoulos era “sólo un voluntario” en un concejo de asesores que “apenas sostuvo una reunión” a lo largo de 2016, y su papel en la campaña fue mínimo y sin trascendencia, según la portavoz.

Sin embargo, el año pasado, Trump tuiteó una foto en la que se ve a Papadopoulos en una reunión sobre seguridad nacional, y los documentos judiciales sugieren que la campaña sabía de sus contactos con los rusos y actuó siempre con su venia.

Respecto a los cargos, Trump “respondió de la misma manera que el resto de nosotros en la Casa Blanca, es decir, sin mucha reacción porque no tiene nada que ver con nosotros”, subrayó la portavoz.

“El anuncio de hoy no tiene nada que ver con el presidente, nada que ver con la campaña del presidente o la actividad de la campaña. Hemos dicho desde el primer día que no hay pruebas de una colusión Trump-Rusia, y el anuncio no cambia eso en absoluto”, enfatizó.

Trump siempre ha intentado desacreditar la labor de Mueller, a veces llamándola una “cacería de brujas” y “noticia falsa”, pero Huckabee Sanders aseguró que “no hay intención o plan para hacer cambios respecto al fiscal especial”.

Asimismo, agregó que la Casa Blanca tiene “indicios” de que el FBI pronto concluirá sus investigaciones, pero la mayoría de expertos legales replica que esto es apenas el comienzo y no se puede descartar una “colusión” con Rusia.  La pregunta del millón es quién será el próximo en caer en este creciente drama político en Washington.

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