Depresión y sordera están más ligadas de lo que crees

A pesar de que casi la mitad de los casos de sordera y defectos de audición se pueden prevenir, no siempre se reconocen o tratan a tiempo.

Pero un nuevo estudio demuestra que si se lo hiciera, podría ayudar a evitar la depresión durante la vejez.

A medida que las personas envejecen, pueden llegar a padecer presbiacusia o pérdida de audición relacionada con la edad. Este trastorno es uno de los más comunes que afectan a los adultos mayores y de edad avanzada.

En EE.UU., una de cada tres personas entre 65 y 74 años y casi la mitad de las personas mayores de 75 años, tienen dificultad para oír.

Estos problemas pueden acarrear peligrosas consecuencias, como no lograr entender y seguir los consejos de un médico, reconocer advertencias o identificar peligros.

Pero también pueden hacer que sea difícil disfrutar de los encuentros con los amigos o la familia, lo que hace que las personas que no escuchan se sientan aisladas.

Esto es lo que decidió estudiar a fondo un grupo de investigación dirigido por el Dr. Justin Golub, de la Universidad de Columbia, en Nueva York, EE.UU. Sus hallazgos fueron publicados en JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery.

Consecuencias de la pérdida auditiva

El equipo trabajó con datos sobre más de 5,200 adultos desde los 50 años de edad en adelante, que participaron en el Estudio de Salud de la Comunidad Latina/Estudio de Latinos. Cada voluntario recibió una evaluación de la audición y de la depresión.

Los investigadores encontraron que las personas con una pérdida auditiva leve tenían casi el doble de probabilidades de sufrir una depresión clínicamente significativa, que las personas con una audición normal.

Además, las personas con una pérdida auditiva grave, tenían cuatro veces más probabilidades de tener depresión.

Golub reconoció que “La mayoría de personas mayores de 70 años tienen una pérdida auditiva al menos leve, pero la afección no se diagnostica, y mucho menos se trata”.

El estudio no puede probar que la pérdida auditiva causa la depresión, aunque los expertos consideran que ese tipo de conjeturas son “comprensibles”.

Golub explicó que “Este problema puede causar que las personas estén más aisladas socialmente, y el aislamiento puede conducir a la depresión”. Y concluyó “En general, los individuos mayores deben recibir una prueba de la audición y acceder a los diferentes tratamientos”.

Un padecimiento prevenible, pero en aumento

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recopila algunos datos y cifras al respecto:

  • 466 millones de personas en todo el mundo padecen pérdida de audición discapacitante, de las cuales 34 millones son niños.
  • Se calcula que, en 2050, más de 900 millones de personas -es decir, una de cada 10- sufrirá una pérdida de audición discapacitante. 
  • La pérdida de audición puede deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, ciertas enfermedades infecciosas, infecciones crónicas del oído, el empleo de determinados fármacos, la exposición al ruido excesivo y al envejecimiento. 
  • La situación de las personas que padecen pérdida de audición mejora gracias a la detección temprana, a la utilización de audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos de ayuda, así como con el empleo de subtítulos, el aprendizaje del lenguaje de signos y otras medidas de apoyo educativo y social.

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