Quinceañeras despedazan vestidos con moda ‘trashing’ (Fotos)

Ensuciar, quemar o deshilachar el vestido de quinceañera o de novia es un fenómeno de moda llamado 'trashing'.

Elizabeth Lezama-Ruiz se sumerge en el Lago Michigan con su vestido rojo de Quinceañera durante su sesión fotografía después de su fiesta.

Elizabeth Lezama-Ruiz se sumerge en el Lago Michigan con su vestido rojo de Quinceañera durante su sesión fotografía después de su fiesta. Crédito: Cortesía Duelo de Princesas

Chicago.- No fue fácil para Elizabeth Lezama-Ruiz tomar la decisión de destrozar el vestido rojo con un corsé negro hecho a mano y con mucho cariño por su mamá, para que lo luciera en el día de su Quince Años. Pero tres años después no se arrepiente de haberlo llenado de ‘mugre’ en el Lago Michigan.

El fenómeno conocido como ‘trashing’ está de moda en Europa, pero ahora lo quieren algunas quinceañeras, novias, damas y chambelanes en los Estados Unidos.

“Mi tío me enseñó un video de quinceañeras y novias ‘trashing’ sus vestidos en el agua y entre las piedras y hojas en un bosque y fue tanta su insistencia, que logró convencerme”, dijo la joven de 18 años.

“Me gustó porque se veía divertido y pensé que sería mejor ponérmelo que dejarlo guardado en mi guardarropas”, recordó la estudiante de ingeniería bioquímica en la Universidad de Milwaukee.

TODA UNA EXPERIENCIA

Un mes después de cumplir con el tradicional rito latinoamericano, Martha Lezama-Ruiz, la mamá de la quinceañera, acompañó a su hija al Lago Michigan y desde la costa aplaudió mientras Elizabeth se sumergía y empapaba el vestido en el agua.

“Llegué a la playa con mi vestido y los niños me gritaban ‘princesa’, mientras agarraba arena y tierra y flotaba sobre el agua”, contó Elizabeth, quien admitió que no se animaría a quemar el vestido, ni tampoco mojaría su vestido de novia.

“Uno tiene ilusiones como de cuentos de hadas y cuando Elizabeth decidió atreverse a desgarrar el vestido que le había hecho a su gusto y medida, no me enojé porque son cosas materiales y le puedo hacer más”, dijo la madre de tres hijas de 18, 15 y 14 años.

EL CAPRICHO CUESTA

José Héctor Ramírez, fotógrafo profesional, reveló a La Raza que las quinceañeras pagan entre $600 y $2,000 más, aparte de la sesión de fotos del día de la fiesta, para tomarse fotografías del ‘trashing’ y “tener un recuerdo divertido que pueden subir a Facebook”.

El precio del paquete para la sesión varía dependiendo del lugar donde la cumpleañera quiere tomarse las fotos y del tiempo que dure.

“Se acabaron los tímidos. Después de que lo luciste y lo presumiste, tirarse en una alberca, en el lago o subirse a un columpio con el vestido puesto es divertido para las quinceañeras de la clase media y alta que tienen papás con dinero y que pueden comprar hasta dos vestidos”, dijo Ramírez, dueño de Gabriel Studio, en Cicero.

“Algunas son niñas consentidas, que con una miradita convencen a sus papás; otras son únicas hijas y buenas estudiantes que tienen buen comportamiento y se lucen en el campo académico y en los deportes; y hay mamás que no tuvieron fiesta y la están viviendo por primera vez a través de sus hijas”, agregó Ramírez.

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