¿Quién inventó la piñata y por qué son tan populares en México?

Se trata de una creación azteca o llegaron a América Latina con el conquistador español? En BBC Travel buscamos las pistas de su origen.

Hace seis años, mi familia navegó por todo el mundo desde el pueblo costero de Bucerías, en la Riviera Nayarit de México, un lugar donde pequeñas casas coloridas y negocios bordean las estrechas calles adoquinadas, las gallinas y los perros deambulan libremente, y la música de bandas brota como una explosión de los carros que pasan.

Cuando regresamos de la travesía de vuelta en la costa oeste de México, me pareció apropiado celebrar a la manera local: con una piñata, una escultura hueca de papel maché y vivos colores, diseñada para llenarla con caramelos y luego darle palos hasta hacerla añicos.

Los visitantes de México a menudo compran arte popular autóctono como recuerdos.

Algunas de las obras más admiradas en Bucerías son del arte huichol: complejas esculturas que usan cera de abejas y cuentas para crear diseños.

Tejidos, cerámica, tallas y cristalería son también recuerdos populares para los visitantes de la región. Pero las piñatas, hechas por los piñateros locales, raramente se consideran arte .

Son pesadas, engorrosas y, francamente, no están destinadas a durar.

Sin embargo, las piñatas son un elemento omnipresente de la vida en México.

Parte de la tradición de cartonería o cartón piedra -que también incluye mojigangas (títeres gigantes), máscaras y muñecas-, la piñata es tan vital para las celebraciones mexicanas como la música mariachi .

Las fiestas tradicionales, como la celebración de Nuestra Señora de Guadalupe a mediados de diciembre, incluyen burros, peces y pájaros.

La piñata es parte de las celebraciones en México. Archivo/Impremedia

Para los cumpleaños, los niños se inclinan por dibujos animados y figuras de acción.

Típicamente creadas en pequeños talleres, las piñatas pueden ser hechas a pedido o compradas en tiendas y puestos de mercado.

El arte piñatero

Cuando mi hija Maia, de 15 años, y yo fuimos a comprar una piñata para celebrar nuestra exitosa circunnavegación, empecé en una dulcería de barrio en Bucerías, una tienda dedicada a las piñatas y con una variedad impresionante (y como para revolver el estómago) de dulces con qué llenarlas.

Al no encontrar exactamente lo que buscábamos, un amigo del pueblo nos sugirió conocer a su vecina, Zoraida Marco.

En su pequeño estudio, ubicado varias cuadras al norte de la plaza principal de Bucerías, encontramos a Marco trabajando en una de las 20 piñatas personalizadas que hace cada semana.

Sus creaciones, construidas a partir de globos, una olla de cerámica y un montón de tiras de periódico, a menudo parecen idénticas al principio.

No adquieren características únicas hasta que consigue desplegar su inventiva con pegamento y papel de seda.

Después de que las esculturas están secas, agrega los toques finales y vende cada figura directamente al comprador por 80 pesos mexicanos (unos US$ 4.50), aunque los dulces no están incluidos.

Marco, cuya familia de trabajadores agrícolas nunca tuvo dinero para comprar piñatas cuando ella era niña, decidió hace 17 años aceptar una oferta del gobierno para operar un taller de fabricación de piñatas en la plaza local.

Las creaciones que más disfruta son las caricaturas y las figuras públicas.

Una persona creando una piñata
Marco crea sus piñatas a partir de globos, papel periódico y potes de cerámica. DIANE SELKIRK/BBC

La vimos buscar el tono azul apropiado para un vestido en un alijo de crepé y papel de seda, y luego deliberar si el pelo de la princesa Anna, de la película Frozen producida por Disney, debería ser más rojo o más marrón.

Como artista, Zoraida dice que es importante hacer su trabajo de manera correcta, incluso si va a ser destruido.

La gente se emociona cuando todo sale bien “, nos dijo.

De dónde salió

Dependiendo de a quién lo preguntes, el uso de la piñata se remonta a los aztecas o llegó a México con los conquistadores españoles.

Según expertos del Museo de Artes Populares de la Ciudad de México, las ollas de barro eran decoradas con plumas y llenas de pequeños adornos para celebrar el nacimiento del dios azteca Huitzilopochtli.

La olla se rompía con un palo y los pequeños tesoros quedaban derramados como ofrenda a los pies del dios.

Mientras tanto, los expertos del Centro para la Historia y los Nuevos Medios atribuyen la tradición a Marco Polo, quien después de ver celebrar ciertos eventos a los habitantes de China -que tomaban esculturas huecas de animales, las rellenaban con semillas y luego las rompían con palos- llevó algunas figuras a Europa, donde eventualmente fueron incorporadas a la celebración tradicional de Cuaresma.

Luego se sabe que se utilizó en un viaje en barco hacia el Nuevo Mundo, donde los misioneros españoles la utilizaron por primera vez en 1587 para atraer a conversos al catolicismo, usando la destrucción de la escultura como una parábola del enfrentamiento del bien contra mal.

El efecto de romper una piñata

Actualmente la gente todavía busca significado en el uso de la piñata.

Según un carpintero en el mercado de Bucerías, las piñatas caen en la categoría de arte temporal o desechable.

Al igual que la destrucción de las intrincadas alfombras de flores y aserrín que forman parte de las celebraciones de Semana Santa en Guatemala, la destrucción de una piñata se considera una declaración creativa .

Los propietarios de la dulcería me habían asegurado que es una actividad saludable para liberar estrés entre niños y adultos.

“Golpear la figura te saca tu agresividad, ¡sobre todo cuando golpeas a un político!”, me dijeron.

Sin embargo, algunas fuentes en internet expresan preocupación por el hecho de que golpear a tu personaje favorito de dibujos animados favorito (o al funcionario público menos preferido) hace apología a la violencia y podría ser emocionalmente perjudicial.

Cuando le pedí su opinión sobre el asunto, Marco me miró fijamente y sin emoción.

La abuela, cuyo oficio la hace especialmente popular entre sus nietos, está bastante segura de que las piñatas son solo diversión.

El hecho de que pase horas haciendo creaciones que se destruyen en menos tiempo de lo que se necesita para secar los materiales es solo parte de lo que las hace especiales.

Maia y yo nos decidimos por una piñata sirena para representar nuestro viaje por el océano.

Cuando volvimos a la marina, colocamos la figura entre dos cocoteros e invitamos a los niños de otras familias marineras a balancearla y golpearla.

Nuestra sirena recibió algunos golpes sólidos antes de que su centro cerámico se rompiera con una poderosa grieta.

Los niños se apresuraron a buscar los dulces que se esparcían en el lugar, y el trabajo de Marco -nuestra piñata cuidadosamente elegida- se redujo a andrajosos pedazos de papel maché.

Lee la historia original en inglés en BBC Travel

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