Quién es y de qué se acusa al “Carnicero supervulgar”, el activista chino sentenciado a 8 años de prisión

Conocido por sus métodos poco convencionales para condenar los abusos de poder, el bloguero recibió una de las más severas sentencias dictadas tras la campaña contra activistas lanzada hace dos años.

"El juicio y condena de Wu Gan es una cruel farsa. Lo están castigando simplemente por rehusarse a suspender su campañas innovadoras y legítimas por la justicia en China", dice Patrick Poon, de AI.

"El juicio y condena de Wu Gan es una cruel farsa. Lo están castigando simplemente por rehusarse a suspender su campañas innovadoras y legítimas por la justicia en China", dice Patrick Poon, de AI.  Crédito: Cortesía | Amnistía Internacional

El prominente activista chino en defensa de los derechos humanos Wu Gan fue sentenciado a ocho años de prisión por subversión contra el poder del Estado.

La sentencia contra Wu Gan, conocido popularmente como “el Carnicero supervulgar”, es la más severa desde que las autoridades iniciaran una campaña hace dos años para desarticular las redes de activistas y, en especial, de abogados especializados en casos de derechos humanos.

Wu, formalmente arrestado en 2015 junto con cientos de letrados y otros defensores de los derechos humanos que, en su mayoría, fueron liberados, dijo que apelará la sentencia.

¿Pero quién es exactamente Wu y de qué se le acusa?

Contra el abuso de poder

Wu, de 45 años de edad, es conocido principalmente por sus campañas en internet y también por sus protestas callejeras destinadas a denunciar el abuso de poder de las autoridades.

Oriundo de la provincia de Fujian, en el sureste del país, el bloguero trabajó como soldado y guardia en un aeropuerto antes de dedicarse al activismo, que viene impulsando desde hace cerca de una década.

Wu saltó a la fama cuando denunció en 2009 el caso de Deng Yujiao, una joven china que mató a un funcionario del Partido Comunista local que abusó de ella.

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También luchó por que se hiciera justicia en el caso de cuatro hombres encarcelados por asesinato que afirmaban ser inocentes.

Obviamente, criticar el sistema le volvió impopular entre las autoridades.

Pero, como explica el corresponsal de la BBC en Pekín John Sudworth, lo que despertó la ira del gobierno fueron sus métodos poco convencionales.

Métodos poco ortodoxos

Wu agitaba la opinión pública y presionaba a los funcionarios locales organizando protestas o incluso performances, con el objetivo de humillar a las autoridades.

En una ocasión diseñó una imagen de tres cerdos con las caras de tres funcionarios supuestamente corruptos y la publicó en las redes sociales con la siguiente presentación: “Los más buscados del mundo: tres cerdos gordos”.

En otra ocasión, pegó la imagen de una funcionaria en un maniquí desnudo y anunció que mostraría en vivo imágenes en video de él acostándose con la muñeca todos los días.

En el caso de los cuatro hombres encarcelados por asesinato, Wu Gan optó por una vía diferente a la que habían adoptado sus abogados (que habían protagonizado una sentada en el tribunal durante más de dos semanas).

El bloguero plantó dos pancartas gigantes a la entrada de la corte.

Wu Gan protestando frente al Tribunal Supremo de Jiangxi, el 19 de mayo de 2015. (Foto cortesía de Boxun)

Una mostraba la foto del juez sobre la que había dibujado un bigote como el de Hitler con una leyenda en la que le preguntaba al magistrado cuánto dinero quería a modo de soborno.

En la otra, esa misma foto estaba superpuesta sobre una lápida.

El “Carnicero supervulgar” se paró desafiante en el medio de las dos, haciendo un gesto grosero con el dedo corazón.

Pese a que sus métodos pueden parecer “extremos”, dice el corresponsal de la BBC en Pekín, acciones “directas” como las de Wu Gan, en un sistema en el que el 99,9% de los juicios criminales acaban en condena, son habitualmente “el último (y desesperado) recurso”.

De hecho, las tácticas de Wu, en algunos casos, surtieron efecto.

En el caso de la mujer violada, la acusada no recibió cargos criminales: su sentencia fue menos severa porque el juez reconoció que había actuado en defensa propia.

En el caso de los cuatro hombres acusados de asesinato, ocurrió algo que no sucede con frecuencia en China: la sentencia fue revocada.

“Subversión” y distribución de “información falsa”

Al dictar sentencia, el tribunal de Tianjin que condenó a Wu Gan señaló que el bloguero “estaba disconforme con el actual sistema de gobernanza, y había comenzado a desarrollar gradualmente pensamientos para subvertir el poder del Estado“.

La corte también lo acusó de “difundir información falsa” e “insultar a otros en internet”.

La sentencia a 8 años de prisión no es una sorpresa para el bloguero.

Antes de que comenzara el juicio, Wu pronosticó que sería severa por haberse negado a cooperar con las autoridades.

“Voy a ser condenado no porque sea realmente culpable, sino por negarme a aceptar un abogado designado por el gobierno, a declararme culpable en una confesión televisada a modo de propaganda, y por exponer tortura, maltratos y violencia, y la mala conducta de la fiscalía”, aseguró en un comunicado en agosto, anticipándose al proceso judicial.


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