“Es cierto lo que dijo el poeta Larkin: los padres te joden la vida”

El comediante británico Tom Ward comparte su visión brutalmente honesta de cómo es vivir con un tipo de trastorno de estrés postraumático, conocido como TEPT-C

Tom Ward trata de explicar cómo es vivir con TEPT complejo.

Tom Ward trata de explicar cómo es vivir con TEPT complejo. Crédito: BBC

“Es cierto lo que Larkin dice acerca de los padres: te joden la vida. No es su intención, por lo general. Pero lo hacen”.

Así intenta explicar el comediante británico Tom Ward a la BBC cómo se siente vivir con trastorno de estrés postraumático complejo o TEPT-C, cuatro letras y un guión que definen la reacción desencadenada por las condiciones estresantes que experimentó cuando era más joven.

Y entonces se hace evidente por qué Ward cita el poema “Que éste sea el verso”, del británico Philip Larkin:

Te cagan, tu mamá y papá.

Quizás no sea su intención, pero lo hacen.

Te cargan con los defectos que tenían

Y agregan otros cuantos, sólo para ti.

Esta fue la experiencia de Tom Ward, en sus propias palabras.


Cuando tenía 8 años, la manía y la ansiedad de papá están empezando, y eso, mezclado con su nuevo fervor por el cristianismo, hizo que todo floreciera.

A la edad de 11 años, los cuentos que me leía antes de dormir fueron reemplazados por historias sobre el infierno.

Según papá, yo y toda la gente que conocía íbamos a sufrir la agonía eterna a menos que acudiéramos a Jesús.

¡Entonces, podía salvarme! Pero, ¿qué le iba a pasar a todas las personas que veía en la televisión? ¿Y a todos los jugadores de fútbol?

¿Será que tenía que esperar en el aparcamiento después de los partidos para alertarlos? “Señor Cantona… patear a la gente es un pecado, incluso si son del otro equipo“.

Papá se tornó implacable. Y los ataques de pánico se volvieron comunes. Corría por la casa, gritando, delirante.

Tom Ward

BBC

Las cosas se deterioraron.

A los 12, 13 años, yo lloraba constantemente. Era una lucha levantarme de la cama. Y a los 14 dejé de comer.

A los 15 tuve que dejar de ir a la escuela por un año y ser tratado en un pabellón psiquiátrico.

El TEPT complejo es una variación del trastorno por estrés postraumático.

A este último lo asociamos con personas afectadas por incidentes específicos, como lo que ocurre en la guerra o después de un asalto o accidente de coche.

La variedad compleja se refiere a aquellos que han sufrido abusos repetidos, usualmente a manos de quienes debían haberlos cuidado.

Puede haber sido un padre o madre religioso o violento o que bebía en exceso; o un adulto que te abusó sexualmente o te hacía sentir culpable, que te avergonzaba o simplemente te ignoraba.

Un signo común de trastorno de estrés postraumático complejo es una voz interior intensamente crítica que simplemente no te deja en paz. Ya sabes, esa que dice cosas como: “Eres inútil. No has logrado nada”.

Apenas un pensamiento negativo se activa, todos los demás salen a jugar.

“Ah, y te ves horrible desnudo”.

“Y, por cierto, todo el mundo te odia“.

Otro signo son los flashbacks o recuerdos recurrentes, que a menudo son más sutiles que los recuerdos específicos.

La situación en la que te encuentras te recordará, aunque sea inconscientemente, de un momento en el que te sentiste abrumado.

En mi caso, son las reuniones sociales.

Cuando entro a un sitio, a menudo siento que estoy a punto de ser humillado. Así que mi instinto de lucha o huida se activa.

En las fiestas, a menudo me meto en el baño varias veces para sentirme tranquilo. Me encantan los baños: me siento y escucho la fiesta a lo lejos.

Después de un rato, salgo del baño y me siento bien por un momento.

Tom Ward

BBC

Pero de repente alguien nuevo aparece y dice: “¡Hola, soy Ted!”. Nuevamente, la adrenalina me hace escapar. A pesar de que no hay ningún peligro, mi psique no entiende la diferencia.

Eso es TEPT complejo, en pocas palabras.

Otros signos son la depresión, el abuso de sustancias, el aislamiento y la incapacidad de establecer relaciones.

Puede que no tengas ni idea de por qué sientes todo eso.

Pero hay ayuda.

Los libros de autoayuda son un buen lugar para comenzar, especialmente si te pone nervioso idea de terapia o de hablar con un amigo.

La terapia también ha sido genial. Alguien con quien hablar, que te ayude a entender y le de nombres a las cosas.

Además trato de mantenerme sano y con la mente despejada: dieta vegana, ejercicio y meditación.

Logré hacer las paces con mi papá antes de que muriera hace unos años, por un tumor en el cerebro, una aflicción que pareció extrañamente apropiada para un hombre tan perdido en su propio caos mental.

Yo lo quería y sé que sus intenciones eran buenas; sencillamente fue negligente y estaba confundido, y eso me hizo daño.

Es importante saber dónde está la culpa.

Tú no tienes la culpa de sentir lo que sientes y hay gente que puede ayudarte.

Así que hay que tratarlo como cualquier otra lesión: prestarle atención y hacer lo necesario para curarla.

Y recordar que está bien sentirse mal, pero el miedo, la ansiedad, la ira, la depresión arruinan todas las cosas buenas, toda la diversión. Y se supone que esto de vivir es divertido.

*Este artículo es parte de la serie de BBC Ideas “The funny thing about…” en la que comediantes hablan sobre temas difíciles pero importantes.


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