¿Cuán efectivo es tomar una aspirina infantil mientras estás embarazada para evitar la preeclampsia?

El hecho de estar embarazada representa una serie de cuidados y atenciones necesarias para que tanto la salud de la madre, como la del niño, puedan regularse de forma saludable sin alteraciones que podrían resultar dañinas.

Uno de estos casos que conllevan cierto peligro es la preeclampsia. Esta complicación ocurre únicamente durante el embarazo, la cual afecta por lo menos al 8.5% de los casos.

La preeclampsia viene preludiado a su vez por la hipertensión arterial, además de presentar proteína en la orina que ocurre después de la semana 20 en el calendario de embarazo que lleve la madre.

De este modo, surgen numerosas interrogantes sobre lo que podría o no generar preeclampsia en el ciclo de gestación de la mujer.

Una de ellas las interrogantes más conocidas es: ¿Cuán efectivo resulta tomar una aspirina infantil mientras estás embarazada para evitar la preeclampsia?

Diversos organismos de salud a nivel mundial han llevado a cabo investigaciones en torno a este tema de lo efectivo que podría resultar ingerir una aspirina infantil mientras la mujer esté en pleno embarazo.

Lo cierto es que si bien han argumentado los beneficios que podrían ofrecerle a la madre y el niño, lo más recomendable es llegar a un consenso con el médico a cargo, puesto que cada caso de embarazo es enteramente particular.

La preeclampsia es una complicación riesgosa para la salud de la mujer embarazada y del niño que viene en camino, por lo que no es descabellado tomar medidas preventivas en todo momento.

Recomendaciones para prevenir la preeclampsia

• Usar poca sal en los alimentos o prescindir totalmente de ella.
• Beber de 6 a 8 vasos de agua al día.
• Evitar alimentos y bebidas que puede resultar dañinos para salud, tales como comida rápida o chatarra.
• Descansar mucho.
• Practicar ejercicio y actividades físicas con regularidad.
• Elevar los pies varias veces durante el día.
• Evitar las bebidas que contengan cafeína.

Lo ideal es cumplir con una dieta rica en proteínas que haya sido prescrita por un nutricionista, así como seguir cualquier medicamento o tratamiento que el médico haya recomendado.